La aseada Comisión Estatal de los Derechos Humanos y su recomposición estructural

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Todos sabemos que los derechos humanos son elementos que contribuyen al desarrollo de las personas, otorgándoles garantías ante la justicia, lo que hace que las dignifique.
La justicia, la libertad y la solidaridad conducen al mundo a esa aspiración común desde la existencia del ser humano, ya que los derechos humanos tienen la calidad de ser universales y vitalicios, es decir, no caducan y poseen respetabilidad frente al Estado, ya que son consustanciales a la persona, por lo tanto el que se encarga de dirigir una oficina de este nivel debe observar una tarea que encierra una mística de humanismo.
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Esas palabras me introducen para comentar que en nuestro estado de Coahuila al fin se dio un giro total a lo que representa la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, que ya en anteriores ocasiones me ocupé de ella haciendo ver la débil dirección de esa oficina que le imprimió el anterior comisionado, quien se mantuvo sin un interés manifiesto en el manejo de las tareas propias de su responsabilidad, y cuya presencia fue más que un adorno con un resultado que fue difícil que permeara del todo en la sociedad.
Hace unos días el Congreso del Estado tuvo el acierto de designar al nuevo comisionado cuya responsabilidad recayó en José Ángel Rodríguez Canales, persona con la capacidad necesaria para conducir la comisión, pues su preparación profesional la avalan universidades del extranjero que serán base para llevarla por caminos que conducirán al funcionamiento adecuado para conceder el otorgamiento de los derechos que en estricta justicia les corresponden a los solicitantes.
Existe la seguridad que el nuevo comisionado detallará que su labor no solo corresponde a un puesto de carácter administrativo de alta dirección, sino también saber que su ocupación conlleva una dosis de sensibilidad, que concatenada con los problemas que deben ser tratados y resueltos, como lo estipula la normatividad concerniente, se actúe con imparcialidad aunque se trate de funcionarios con tintes oficiales de la administración pública estatal.
Hoy en día el tráfago incesante del quehacer cotidiano representa situaciones de conflictos y arbitrariedades, y si a eso le anexamos la existencia de autoridades que obran con prepotencia y en algunos casos con ilegalidades, entonces se produce un choque que, en ocasiones, acaban por tener preeminencia las injusticias de tal manera que provoquen la intervención de la Comisión Estatal, y si ésta resuelve de una manera laxa derivada de una parcial importancia, emitirá una recomendación tangencial y fácil que reflejaría una atonía en su labor, sin embargo es de asegurar que en esta nueva era que inicia para la Comisión Estatal representa un caso hipotético, pues la actitud que en estos días ha mostrado el nuevo titular tiene el sentido de promover que los trabajos fluyan por el camino de la legalidad y la pulcritud administrativa, observando que el ritmo que la carga laboral exige no sufra intervalos ociosos.
Algunas dependencias oficiales han quebrantado garantías que tienen empleados que trabajan en sus áreas, lástima que en muchas ocasiones, para que sean subsanadas, han quedado en meras recomendaciones.
Ahora bien, si es cierto que la citada oficina de derechos humanos lo único en lo que puede proceder por acciones normativas es recomendar, es imperante que tenga entre sus facultades la imposición de sanciones más enérgicas con el fin de que no exista la recurrencia, por lo que es importante dotar a la Comisión Estatal de atribuciones para que sus recomendaciones sean consideradas por un órgano suficiente, con el objetivo de promover que las multicitadas recomendaciones que emitan contengan realmente el peso jurídico idóneo para que sean cumplidas o de lo contrario los desobedientes sean sancionados, por lo tanto es necesario que dentro de la recomposición de su estructura laboral, sobre todo en la parte jurídica, ésta contribuya a que la implementación del marco legal sea completo de manera que no se trate de una ley imperfecta.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf