La historia no es destino. El pasado provoca nostalgia y dolor, conlleva misterio. La vida de hoy es mía

Opinión
/ 6 junio 2024

“Con esa cara de amargado, parece imposible que su vida haya surgido de un orgasmo.” El comentario tal vez sea chistoso, pero nada es tan simple. Incontables bebés no deseados. Gran número de mujeres que jamás han experimentado un orgasmo. Hombres que confunden la eyaculación con orgasmo. Violaciones. Matrimonios forzados. Tal vez hay pocas personas que hayan nacido producto de un encuentro sexual apasionado y satisfactorio.

La manera en la cual quedaron embarazados mis padres de mí, no creo que sea el mayor factor formativo en mi vida de adulta. Sé que tengo la influencia de mis raíces y antepasados, también de la manera en que me relacioné con mi infancia. Pero, entre más conozco esas influencias y entre más me conozco yo, puedo tomar decisiones claras sobre el efecto que puedan tener sobre mi vida de hoy y de mañana.

Mis padres se divorciaron cuando yo tenía seis meses. Se volvieron a casar cada uno e hicieron su vida. Tuve dos medios hermanos. Cada uno de nosotros tenemos nuestra historia y hemos formado creencias y hábitos en base a esas historias. Y sí, viví con sensaciones de vida que resultaron de mis interpretaciones de mi vida de niña, y sí, he tenido que conocer los efectos que han tenido en mí, no para quedarme con las quejas y resignada a esos efectos, sino para proponerme creencias nuevas que me liberan de las limitaciones que la historia me podría imponer si considero que es lo único determinante de mi hoy y mi mañana.

Parte del desarrollo del ser humano es la individuación, un proceso que implica dejar a la familia de origen para establecerse uno como persona independiente (interdependiente), una persona distinta, con sus ideales, valores, hábitos y costumbres propios. Iré y vendré entre reuniones familiares, dentro de las cuales me empiezo a expresar desde mi propios valores y deseos, algunos similares a los de mi familia de origen y algunos muy distintos. Mi madurez y mi satisfacción en la vida adulta depende mucho del proceso de no quedarme enganchada con mi historia, sin hacer un proceso profundo de exploración y evaluación.

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