La informalidad en Coahuila y sus implicaciones
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Esta semana se publicó por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la primera serie sobre datos de la economía informal que lleva por nombre “Mediciones de la Economía Informal Trimestral por Entidad Federativa” (MEITEF). Es un producto estadístico muy interesante porque nos permite comprender mejor la aportación de aquellos que tienen empresas que no están constituidas legalmente y de los trabajadores que no tienen prestaciones sociales de ningún tipo.
Para empezar, los puestos remunerados en la economía informal sumaron 16.5 millones a nivel nacional, y además se incrementaron esos puestos en 2.2% a tasa anual. Si tomamos en cuenta que de acuerdo a la encuesta de ocupación y empleo de INEGI, en México la población económicamente activa es de 61.1 millones, esto significa que el 27% de la población en edad de trabajar lo hace en el sector informal. Reste de aquí a quienes en este momento no están buscando trabajo y a los que lo buscan y no encuentran y este porcentaje puede llegar a 30% o más. Este asunto no es menor pues si cada año el número de personas empleadas en la informalidad crece, eso indica que el mercado laboral formal no está funcionando adecuadamente.
Además, todas estas personas tendrán problemas en su vejez porque no cotizan para su retiro, no tienen pensión o jubilación y por ende, necesitarán más apoyo gubernamental y habrá mayor presión para los recursos fiscales, que bajo las actuales circunstancias, se irán volviendo más escasos. Tome también en cuenta, que dado que no tienen servicios de salud, arriesgan su poco patrimonio ante lo que las aseguradoras llaman una enfermedad catastrófica.
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El documento referido menciona que al segundo trimestre del año (junio de 2023), el valor agregado bruto de la economía informal alcanzó más de 5 millones de millones, para simplificar la cantidad, y creció a una tasa anual de 3.1%, tanto como creció el producto interno bruto en el mismo periodo. Si hacemos cálculos grosso modo y decimos que el 50% del valor agrado se suma a la base fiscal (que paga impuestos) el país podría crecer a tasas de 5% sin mayor problema y las pensiones y jubilaciones no serían un tema importante a nivel nacional pues tendríamos una mayor base de contribuyentes. Nótese que lo relevante del dato de crecimiento del valor agregado informal es que sigue aumentando, no disminuyendo, lo que significa que ni las autoridades ni el propio sistema económico han sido capaces de evitar que haya más unidades productivas irregulares.
Tampoco se ha dado la inversión suficiente a nivel nacional, pese al nearshoring para evitar que siga habiendo más personal que migre a la informalidad, ya sea porque es más rentable no pagar impuestos para el negocio o porque las personas no encuentran empleo en la sección formal del mercado laboral. Ahora, hay que ser claros porque el propio documento nos dice que los aumentos de sueldo son mayores en la informalidad que en lo formal. Como lo lee, pero hay que decirlo con reserva porque esto no pasa afortunadamente en todos los estados del país.
El promedio de los incrementos salariales en este sector fue de 9.2% anual en el segundo trimestre e Hidalgo, Durango, Oaxaca y Zacatecas tuvieron los mayores incrementos. Los aumentos de sueldo son mayores en la informalidad que en la formalidad, pues pueden llegar en la primera hasta un 14.9%, lo que no sucedería en la parte formal que apenas para el inicio de 2024 ha propuesto un austero aumento de 4.2% promedio. De ese tamaño son las diferencias.
En lo referente a Coahuila, hay datos que llaman la atención y lo mejor de todo es que dan para un largo análisis, que aquí no haremos pero que estaremos mencionando en artículos posteriores. Para iniciar, Coahuila tuvo 0 (cero) de variación y contribución del valor agregado bruto a nuestra economía. Este dato en particular ha sido motivo de muchas conversaciones entre economistas.
Primero, porque se puede argumentar que en nuestro estado la informalidad participa muy poco o nada específicamente, lo que en realidad no es cierto. Simplemente lo contabilizado por el INEGI da como resultado una nula contribución del valor agregado en nuestro territorio. Esto puede deberse a la forma en que se recolectan los datos o al periodo en específico en que se recolectaron. Eso sí hay que mencionar que no hay una descripción metodológica detallada que nos permita eliminar este tipo de preguntas, pero no olvidemos que es la primera serie, y eso es muy importante.
En segundo lugar se puede argumentar que en Coahuila, por lo mismo que hay muy poca actividad informal, esta se dedica a cosas que agregan poco o nulo valor agregado y como consecuencia se da ese resultado. Hay que tomar en cuenta que ese resultado de cero se refiere a crecimiento en el periodo de abril a junio y habrá que ver en febrero que se publique la segunda serie los cambios que se den.No hay que olvidar que nuestro estado está en segundo lugar nacional de menor informalidad dentro de la economía, apenas llegamos a un 35%, aunque creció en el último año 4 puntos porcentuales. Esto puede entenderse como consecuencia de la pandemia y de la reorganización económica nacional. Estados como Oaxaca o Chiapas tienen tasas por arriba del 60% de la economía, casi el doble que la nuestra.
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En términos de la ocupación informal, no hay datos de cada estado ya que es la primera serie, pero sí hay un indicador de crecimiento de los puestos pagados en este sector y dice que en Coahuila estos disminuyeron un 0.6% en el segundo trimestre de este año. En este sentido podemos argumentar que la incesante inversión que ha llegado al estado ha servido para mantener alejada a nuestra mano de obra de la informalidad.
En conclusión, en este rubro, el nuevo sexenio que inicia hoy tendrá el reto de cuando menos mantener en este nivel a la informalidad, y conforme pasen los meses se tendrá que trabajar para irla bajando paulatinamente porque es claro que su comportamiento es inversamente proporcional a la inversión directa. Los datos hablan por sí solos y muestran que a nivel nacional no hemos podido ni siquiera cambiar un poco de la realidad empobrecedora del mercado informal. A nivel de nuestro estado, sí hemos logrado cambios positivos que deben mantenerse y mejorarse para que avance en su desarrollo económico. Al menos eso proponen los otros datos.