La tragedia futbolera en Querétaro: Aprendizajes

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¿Qué aprendimos de lo ocurrido el sábado pasado, en el Estadio Corregidora de Querétaro? Recordemos, jugaban el Atlas y el Querétaro, cuando de repente, cual estallidos de granadas de fragmentación empezaron -en áreas focalizadas- peleas encarnizadas entre simpatizantes de un equipo y otro: La Barra 51 del Atlas contra la Resistencia Albiazul del Querétaro.
Minutos después, turbas de albiazules perseguían a rojinegros para golpearlos -con puños, patadas, sillas y mesas de aluminio, rejas y tubos de acero e instrumentos punzo cortantes. Para luego, ya inconscientes y ensagrentados en el piso, desnudarlos y mofarse de ellos hasta humillarlos en extremo. Mientras esas escenas dantescas ocurrían, los cuerpos de seguridad pública estaban ausentes. Fueron los mismos aficionados queretanos los que evitaron una masacre de mayores proporciones.
El marcador final -en ese momento- fue: 22 aficionados lesionados y/o 17 muertos. El clamor fue uno: desafiliar los dos equipos. Cancelar la Liga 2022. No ir al Mundial de Qatar este año. Retirar la FIFA la participación de México en el mundial de 2026. No jugar futbol profesional hasta no haber condiciones para hacerlo.
1er aprendizaje: La violencia en el futbol “es un subproducto de la violencia” generalizada que vive el país; y que es exacerbada desde el púlpito de Las Mañaneras por AMLO.
2do aprendizaje: En el entorno polarizante del país, los políticos de ambos extremos buscarán sacar rajada de la tragedia sin importar la vida de las víctimas.
Epigmenio Ibarra -gran apologista de la 4T- tuiteó: “en el muy panista estado de Querétaro duerme y opera, sin sobresaltos, el crimen organizado. Como en Guanajuato, también panista, lo domina todo. Los atroces crimenes en el Estadio Corregidora muestran que ahí, el conservadurismo, engendró el huevo de la serpiente”.
Los contrarios, imaginaron una conspiración o “caja china” lopezobradorista para ocultar dos temas álgidos, al menos: “la Casa Gris” de su hijo José Ramón y las cintas que desnudan el manejo de jueces y magistrados para beneficiar sus intereses, por parte del fiscal general Alejandro Gertz Manero.
3er aprendizaje: El futbol es negocio, más allá de los sentimientos rabiosos de sus seguidores. Por ello, los dueños no permitirán que ninguna tragedia reduzca sus ganancias empresariales.
En ese sentido tienen bien aprendidos los pasos a seguir en estos casos: (1) una figura central toma el control de la administración del conflicto -en este caso fue el gobernador de Querétaro. Quien, apoyado por altos directivos de la Federación Mexicana de Futbol, aseguró que habría mano dura contra el Querétaro y el Atlas. “El castigo será ejemplar”, presumió.
(2) Identificar a los culpables de lo ocurrido entre simpatizantes del Querétaro; autoridades municipales y estatales y del mismo equipo albiazul. (3) Evitar -al máximo- que medios y redes liguen a los culpables con el crimen organizado. (4) Minimizar lo ocurrido -reducir u ocultar- número de muertos, lesionados y/o desaparecidos. (5) Generar la percepción que los lesionados están fuera de peligro y próximos a regresar a Guadalajara. (6) El castigo “ejemplar” nunca tocará los intereses económicos de los dueños de los equipos: por ello la respuesta a la tragedia ocurrida en el Corregidora se reduce a: la no desafiliación del Querétaro (o del Atlas) y la no prohibición definitiva de las barras deportivas.
4to aprendizaje: Las barras deportivas o grupos de animación futbolera -como eufemísticamente las llamó Yon de Luisa -presidente de la Federación Mexicana de Futbol- tienden, como ocurrió en Argentina, a vincularse con el crimen organizado e incidir en la vida de los clubes, tanto en aspectos administrativos como deportivos.
5to aprendizaje: urge, como bien lo señala Julio Astillero, “revisar el esquema de futbol profesional en México, dominado por intereses televisivos, el lavado de dinero, la inseguridad en los estadios, la exacerbación mediática de ánimos (colectivos). Todo ello en el marco de violencia criminal desbordada y la impunidad generalizada”.
6to aprendizaje: No asistir a un estadio a mirar un partido de futbol como una forma -mínima- de protestar por la actitud tan jodida de los dueños de los equipos, quienes se asustan más por el grito de ¡Puto! que por la violencia física y letal en los estadios.