Los conflictos que se vienen por el agua
En la semana, el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, dio un mensaje a la población donde puso sobre la mesa que la ciudad no tiene agua suficiente para abastecer a la población. Y usó calificativos como “problemática apremiante” y “problema serio”.
Hace 10 días, en el municipio de Parras, campesinos irrumpieron en las instalaciones de la vinícola más antigua de América Latina, Casa Madero, por un problema de agua. El caudal que por años abasteció a campesinos y empresa, se ha visto mermado, por lo que los acuerdos que se firmaron hace décadas respecto al aprovechamiento del agua, ya no coinciden con la disponibilidad actual.
En la semana, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) presentó ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria un acuerdo para implementar medidas de mitigación emergentes por la sequía. Entre ellas están la limitación temporal de los derechos de agua existentes, con la reducción de volúmenes para los usuarios.
En Coahuila, los 38 municipios tienen algún grado de sequía.
Prácticamente si uno revisa, todos los municipios tienen problemas de escasez de agua para consumo humano. Los titulares de esos temas sobran en los últimos meses.
El problema del agua es serio. Desde hace años se hablaba que las próximas guerras serían por el agua. Si bien no son guerras, sí se vislumbran conflictos: en La Laguna, una semana sí, y la otra también, hay reclamos, manifestaciones, protestas o bloqueos por el tema del agua.
En Parras está el reciente caso de campesinos, quienes por cierto mantienen desde hace cinco años un campamento en una zona conocida como “El Compartidero”, donde el agua se distribuye a ejidos y a Casa Madero. En el lugar también están siempre dos guardias de la vinícola. Todos se vigilan.
En La Laguna, los reclamos por la sobreexplotación del agua a manos de agrolecheros se presenta constantemente. El último caso con más reflectores es el que mantienen integrantes de la Asociación de Usuarios del Módulo de Riego número 13, “La Marinera”, quienes han reclamado que el empresario Mario Valdés Quintanilla entregue la administración
del módulo de riego. Los conflictos han escalado desde protestas en la Conagua, hasta bloqueos en el establo de Valdés Quintanilla.
Los módulos de riego, dicho sea de paso, se pelean casi a muerte pues representa tener el control y administración de un recurso que hoy por hoy es muy valioso. Es tan valioso que el agua empieza a cotizar como un commodity, por lo que en un futuro su precio fluctuará como el gas o el petróleo.
El agua y los módulos de riego son tan codiciados que en algún momento el crimen organizado se apoderó de ellos en La Laguna, como lo hizo con el carbón en la Carbonífera.
AL TIRO
En la semana, cuando se llevó a cabo la reunión de campesinos con representantes de empresas en Parras, le pregunté al secretario de Gobierno, Fernando de las Fuentes, si tenían detectados otras zonas con posibles conflictos por temas de agua. El secretario respondió que no hay una circunstancia como la de Parras; señaló el caso Torreón, pero reconoció que la escasez es pareja en todo el estado. “El agua para Coahuila es uno de los bienes más preciados de todos los ciudadanos”, agregó.
En otras partes del mundo hay reportes frecuentes de violentos enfrentamientos por temas de agua.
Parece una lógica sencilla, a medida que aumenta la demanda, también los potenciales conflictos.
Responsabilidades, culpas y explicaciones al problema hay muchas. Lo que se ve poco son acciones, remediaciones y estrategias a largo plazo.