Los jesuitas: algunos datos
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La reportera de VANGUARDIA, Andrea Palacios, de manera muy amable, me pidió externar algunos datos acerca de la Compañía de Jesús con motivo del asesinato de los jesuitas en Cerocahui. Lo hago con gusto.
Ya que ha sido muy profusa la información acerca del hecho de sangre, causas, consecuencias, reflexiones y demás, decidí, para no repetir ideas ya expuestas por otros, hablar simplemente de la Compañía de Jesús, lo que quizás ayude a la comprensión de los sucesos.
Los jesuitas nacieron de dos causas disímiles: una individual, la otra estructural. Un soldado español que luchaba en las filas del rey de España fue herido en su pierna por un obús. Debió guardar cama un año para no perderla. Íñigo de Loyola empezó a leer novelas de caballería y luego vidas de santos y los evangelios mientras se reponía. Lo hizo, pero chuequeó toda su vida. De esos largos meses de encierro se levantó con la idea de ponerse al servicio de Jesús. Estuvo encerrado en una cueva en la que escribió un libro fundamental: “Ejercicios Espirituales”. Captó a jóvenes ricos e inteligentes y creó la Compañía de Jesús. Importa explicar que no fue una orden religiosa más sino una compañía en el sentido militar: Cristo es el Gran Capitán, él mismo Padre General, sus mejores seguidores serían Provinciales. Todo jesuita haría tres votos: pobreza, castidad y obediencia. La obediencia era absoluta. San Ignacio exageró: ¡si tú ves algo negro y el superior te dice que es blanco deberás decir que es blanco!
La causa estructural fue la rebelión luterana y la Reforma de la Iglesia. Martín Lutero rompió con el papado con el apoyo de los príncipes alemanes y la poca capacidad del emperador Carlos V, que enfrentó personalmente a Lutero sin lograr imponer su autoridad.
San Ignacio aprovechó la circunstancia para hacer que el Papa reconociera su Compañía, ofreciéndole, por supuesto, obediencia total. Quedaba sellada una relación que duraría siglos.
Al inicio los Jesuitas dedicaron un enorme esfuerzo a la educación de los niños ricos y, eran tan eficaces, que aún los luteranos nobles enviaban los hijos a sus escuelas. Pero algunos jesuitas, siguiendo la orden de Jesucristo de predicar a todas las naciones, se lanzaron a muchos lugares: China, Japón, Etiopía, el Congo, y luego a América. Descubrieron una segunda opción: ser misioneros entre incrédulos. El tercer padre general, Claudio Aquaviva, tomó la estafeta de las misiones y la impuso con fuerza a todo jesuita.
Ésta sería una causa lejana de las misiones de la Tarahumara, o de La Laguna, del Paraguay, de Canadá, Brasil y otras. Mas no todo fue fácil. Fracasaron en muchos lugares, incluida la Tarahumara. Los tepehuanos mataron en Durango a 200 españoles y ocho jesuitas. Los pimas mataron a flechazos al padre Saeta en Sonora. El padre Joseph Neumann salió expulsado de Nueva España en 1767, y en Praga escribió una maravillosa crónica en latín sobre “Las rebeliones de la Tarahumara”, en ella describe en mucho su fracaso con los indígenas.
Sin embargo, es de mínima honestidad decir que en muchísimos lugares y con demasiadas etnias, triunfaron. Yo he publicado tres documentos largos: “Orígenes de la Compañía de Jesús”, “Los jesuitas en el Yaqui” y “Las repúblicas guaraníes de la Compañía de Jesús en el Paraguay” (los puede encontrar en la biblioteca de Ciencias Sociales o comprarlos ahí mismo).
Lo que acaba de ocurrir a los dos padres asesinados por narcotraficantes nos habla de su generosidad, entrega, testimonio (mártir, en griego, significa testigo). Como declaró un jesuita: “no hacían más que seguir la orden que dio Jesús”. Creo que este hecho es nada más y nada menos un resumen de la debacle mexicana frente a la delincuencia. Y no dejo de afirmar que lo que nos sucede es lo que Norteamérica nos ha obligado a sufrir: sus jóvenes necesitan drogarse y México debe cuidarles el campo y dejar que fluya la droga. La frase de Eduardo Galeano: “ellos ponen los drogadictos y las armas, nosotros los muertos”.
Los dos jesuitas asesinados estuvieron ahí dando su testimonio de fe, acompañando a algunos de los pobres entre los pobres, los tarahumaras. Es una prueba para el Estado Mexicano. ¿Dónde andaba el Ejército?, ¿qué hizo Gobernación?