Los ricos... ya no vienen al caso
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Lo que deberían hacer es dejar de aferrarse al pasado y producir series que las personas puedan ver en “streaming. O resignarse a morir en el infierno de la irrelevancia.
1.- La nueva versión de Los ricos también lloran es una historia verdaderamente triste. Y no me refiero a la trama en la que se envuelven los personajes, sino al esfuerzo de la producción, su estreno en la televisión tradicional y a la recepción que el público dio (o no dio) a esta telenovela. La nueva entrega de 2022 es la tercera propuesta que Televisa hace de la misma historia la cual es, por cierto, original de Inés Rodena.
2.- Ahora bien, hagamos un alto antes de seguir hablando de esa novela. En primerísimo lugar, esta nueva producción ya no está hecha por “Televisa” sino que está firmada por TelevisaUnivisión. Cabe recordar que el pasado 31 de enero se concretó la fusión de Televisa con Univisión dando como resultado una nueva empresa que tiene como CEO (líder principal) a Wade Davis, un alto ejecutivo de Univisión.
3.- Esta fusión pone punto final a la historia de una televisora que durante décadas reinó en México como la única responsable de la educación cultural y hasta emocional de los mexicanos. Hubo un momento en que las personas daban como verdadera cualquier noticia porque “lo dijo Jacobo”, refiriéndose al periodista Jacobo Zabludovsky o eran fanáticas de algún cantante sólo porque aparecía con regularidad en Siempre en domingo.
4.- Pero ese tiránico imperio ya no existe. Y es por eso que Los ricos también lloran de 2022 es el nuevo hijito de TelevisaUnivisión que nació muerto. En 1979 se hizo la primera versión con Verónica Castro interpretando a Mariana Villarreal y Rogelio Guerra como Luis Alberto Salvatierra, ambos como la pareja protagónica. Luego en 1995 se hizo el “remake” cambiando el nombre a María la del Barrio, con Thalía Sodi y Fernando Colunga al frente del reparto.
5.- La versión original fue uno de los primeros éxitos internacionales de Televisa. Se transmitió en América, África, Asia, Europa y Oceanía. Fue doblada en 25 idiomas y el planeta entero cayó rendido ante la belleza y carisma de Verónica Castro. La segunda versión también tuvo éxito internacional pero, además, convirtió en icono de la cultura popular a la villana Soraya Montenegro, encarnada por una sobreactuadísima Itatí Cantoral.
6.- Pero esta tercera versión no la ha visto ni la mamá de la protagonista quien, por cierto, se llama Claudia Martín. (¡¿Quién?!) Las telenovelas antiguas eran vistas por la mayor parte de la población incluyendo los más jóvenes. Y esto era garantía de éxito. Pero ahora, por ejemplo, no ha habido una sola persona que haya hecho la más remota referencia a Los ricos también lloran en Tik Tok. ¡Pésima señal! Si no estás de manera orgánica en redes sociales, ¡no existes!
7.- Por más que la nueva TelevisaUnivisión se empeñe en compartir notitas publicitarias o segmentos de videos afirmando que su nueva telenovela en realidad es una serie y que es un éxito rotundo, los grandes públicos no hacen eco de esto. Si hasta la misma palabra “telenovela” es ahora un término peyorativo, lo que deberían hacer es dejar de aferrarse al pasado y producir series que las personas puedan ver en “streaming”. O resignarse a morir en el infierno de la irrelevancia.
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