Hospedaje: Competencia desleal, es necesario combatirla

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La economía de mercado requiere la competencia para desarrollarse y generar beneficios para todos. Pero sólo funciona a condición de que la competencia sea leal
La economía de mercado, a la cual nos encontramos suscritos, tiene como uno de sus componentes centrales la libre competencia, y hay buenas razones para que ello sea así, pues solamente un mercado abierto a la competencia puede aspirar a volverse competitivo y crecer.
Sin embargo, el hecho de que la competencia sea una característica esencial de la economía de mercado no implica que cualquier competencia sea válida, pues el desarrollo de las economías −local, regional y nacional− requiere de la existencia de un conjunto mínimo de reglas que garantice la prevalencia de la única competencia que puede considerarse válida: aquella que se desarrolla en condiciones de igualdad para todos y, por tanto, es “leal”.
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Vale la pena detenerse aquí para dejar claro por qué la competencia desleal y, por tanto, indeseable, debe ser identificada y combatida. La razón es simple: se trata de un tipo de competencia que no contribuye al desarrollo sano de la economía y, en última instancia, lo que provoca es lo contrario a lo deseable, es decir, productos de más baja calidad y a precios más altos, lo cual destruye la competitividad y afecta al consumidor.
Y ello ocurre porque la competencia desleal se concentra sólo en uno de los elementos del comercio: el precio. Y de lo que se trata en un entorno de este tipo es sólo de reducir el precio de los bienes y servicios, al costo que sea, lo cual dinamita la calidad de todo.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a la queja de los empresarios hoteleros de Coahuila respecto de lo que consideran una competencia desleal por parte de plataformas electrónicas para el alquiler de hospedaje, como AirBnb.
La deslealtad deriva, señalan los empresarios, de la existencia de costos diferenciados en la operación de quienes funcionan como una empresa y quienes solamente aprovechan la existencia de una plataforma que les permite hacerse con un ingreso extra.
Y es que, por un lado, las empresas deben cumplir con un conjunto de regulaciones que van desde el pago de impuestos hasta las medidas de sus espacios físicos, pasando por un largo etcétera que incluye reglas de carácter sanitario, protección civil o laboral.
Todas estas reglas implican costos que el propietario de una vivienda particular, que la renta a través de una plataforma digital, no está obligado a cubrir y, por tanto, tiene un margen de utilidad mayor que le permite “competir” con los hoteles formales ofreciendo precios más bajos por una habitación.
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¿Quién debe intervenir para generar equilibrio en este contexto? Indudablemente las instituciones gubernamentales, pues la conservación de las empresas existentes, que generan empleos, constituye una responsabilidad para el sector público.
Siempre habrá que cuidar el no caer en el extremo opuesto, es decir, en prácticas proteccionistas, pues estas tampoco favorecen el crecimiento económico, pero no debe caber duda que la competencia desleal es inadmisible.