Mariposa monarca: ¿por qué está en riesgo?
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Es uno de los insectos más identificables en el mundo entero y, desde hace casi tres décadas, el símbolo de la unión comercial existente entre México, Estados Unidos y Canadá. Hoy es también, por desgracia, una de las especies que ha sido ingresada a la infausta lista de las que se encuentran en peligro de desaparecer de la faz de la tierra.
En efecto, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) incluyó este jueves, por primera vez, a la mariposa monarca en su “lista roja” de especies amenazadas y la clasificó dentro del apartado “en peligro”, lo cual indica que se encuentra sólo a dos “escalones” de la extinción.
¿Cuál es la razón por la cual se ha considerado a la población de monarcas como una especie amenazada a tal grado? De acuerdo con el comunicado emitido por la UICN, no se trata de una causa única, sino de una combinación de factores:
“La tala legal e ilegal y la deforestación para hacer espacio para la agricultura y el desarrollo urbano ya han destruido gran parte de los refugios invernales de las mariposas en México y California”, expuso la organización que también señaló a los pesticidas y herbicidas “utilizados en la agricultura intensiva en todo el área de distribución de la especie”, de aniquilar a las mariposas, así como al algodoncillo, “la planta huésped de la que se alimentan las larvas de mariposas monarca”.
Por otra parte, se ha mencionado también al cambio climático como parcialmente responsable de la situación, pues las mariposas están emprendiendo con mayor anticipación sus procesos migratorios, empujadas por el incremento de temperaturas, pero al llegar a su destino el algodoncillo aún no esta disponible y, por tanto, no hay alimento.
Todos estos factores implican que, en la última década, la población de monarcas haya disminuido entre el 22 y el 72 por ciento, dependiendo de las mediciones y de la ruta migratoria que se observe.
El recuento de las causas del declive de la población de estas mariposas apunta claramente en una dirección: la acción de los seres humanos sobre la naturaleza. Y eso indica, por supuesto, que somos nosotros también los principales responsables de impedir que ocurra la catástrofe.
El número de especies amenazadas en nuestro planeta es muy grande y alcanza las decenas de miles. Pocas de estas son tan visibles, sin embargo, como la mariposa monarca y pocas podrían concitar la preocupación colectiva necesaria para actuar en conjunto.
Las razones para actuar son muchas, pero la más importante de todas tendría que ser el sentido común: si los insectos comienzan a extinguirse la vida misma estará amenazada en la superficie del planeta, pues de estos dependen los procesos de polinización indispensables para la producción de alimentos, por sólo citar un ejemplo.
La monarca está sólo dos peldaños por debajo de la extinción. Todos debemos preguntarnos qué podemos –y debemos– hacer para revertir tal situación.