Mauricio Claver-Carone: El ‘halcón’ de Trump que mira hacia AMLO

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Claver-Carone ha sostenido reuniones informales en Washington, por invitación directa, con personalidades mexicanas de diversos ámbitos para cuestionarlos sobre la corrupción en el gobierno de AMLO
Durante décadas, los exponentes más sabios de la diplomacia latinoamericana sostuvieron el principio de que “cuando la región es noticia en Washington, es una mala noticia”, por lo que siempre fue bienvenido que la Casa Blanca estuviera distraída -en ocasiones, ensimismada- con otras zonas del planeta. El gobierno Trump trajo un giro en esta dinámica, quizá el más dramático en un siglo.
Este cambio tiene reflejo en personajes clave. Marco Rubio, secretario de Estado; Christopher Landau, subsecretario para el Hemisferio Occidental, y Mauricio Claver-Carone, “enviado especial” del Departamento de Estado para América Latina, tienen profundas ligas con América Latina, donde impulsan una agenda explosiva con base en lo que círculos internacionales denominan ya la “diplomacia del chantaje”: una presión transaccional donde la otra parte no tiene más remedio que ceder.
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Por sus posicionamientos públicos -notablemente los del Rubio-, a los tres los identifica una causa política personal contra gobernantes de naciones específicas, como Nicolás Maduro, de Venezuela; Daniel Ortega y su esposa Rosa Murillo, de Nicaragua, o el castrismo en Cuba y su presidente formal, Miguel Díaz-Canel.
De acuerdo con reportes disponibles, esa “lista negra” de actores podría incluir eventualmente al expresidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y a integrantes de su círculo cercano.
El tabasqueño no es alguien ajeno al conocimiento de los funcionarios estadounidenses mencionados. Rubio lo acusó de ceder durante su gobierno terreno al narcotráfico; Landau fue embajador en México (2019-2021, en el arranque des sexenio AMLO), durante la primera administración Trump mientras que Claver-Carone tuvo su cargo actual en aquel mismo periodo.
Fuentes consultadas en México y Estados Unidos aseguraron a este espacio que Claver-Carone −descrito como “abogado, inversor y cabildero”− ha sostenido reuniones informales en Washington, por invitación directa, con personalidades mexicanas de diversos ámbitos, entre ellos destacados empresarios.
Al referirse a este personaje en su cuenta social, Trump ha escrito que es un experto con la capacidad de “reordenar” América Latina. Es el mismo hombre que fue impuesto por Washington como el primer presidente norteamericano del BID (2020-2022), cargo del que fue removido por su amorío con una empleada.
En los coloquios referidos con actores mexicanos, Claver-Carone ha empleado modos propios de la diplomacia para expresar el reconocimiento de la Casa Banca hacia el “impresionante liderazgo” de la presidenta Claudia Sheinbaum. Subrayó igualmente preocupaciones sobre la agenda binacional en materia de narcotráfico, el fentanilo, y la migración.
En sus conversaciones ha mostrado también dominio de temas sensibles, de seguridad y de inteligencia, tras hacer mención de que formó parte del Consejo Nacional de Seguridad, e incluso colaboró con la CIA. Aludió a su cercanía con el Departamento del Tesoro, donde fue asesor. Pero luego de ello, y en el estilo clásico diplomático, ha pasado a preguntar y preguntar. Hasta llegar a interrogantes que parecía reservarse para el momento oportuno:
“¿Usted cree que el (ex)presidente López Obrador ejerce una influencia negativa sobre la presidenta Sheinbaum?”.
“¿Usted cree que hubo mucha corrupción durante el gobierno López Obrador?”.
“¿Usted cree que los hijos del (ex)presidente López Obrador estuvieron implicados en esa corrupción?”.
No vivirá mucho quien no vea si esas dudas conducen a algo más que un café en Washington.
APUNTES
Cinco de los nueve ministros en la próxima (incierta) era de la Corte serán mujeres. Y todo indica que en el oficialismo ya existen finalistas. De entrada, las de “pase automático”: Loretta Ortiz, Lenia Batres y Yasmín Esquivel. Les siguen Sara Irene Herrerías, acreditada en el campo de los derechos humanos; Darlene Rojas, presidenta de las juntas laborales en el gobierno Sheinbaum en la capital del país; Estela Ríos, consejera jurídica hacia finales del gobierno AMLO a la salida de Julio Scherer. El expresidente de la Corte, Arturo Zaldívar, empuja a Loretta, pero también a Ana María Barrio Holguín y a Fabiana Estrada.