México, en el Día Internacional de la No Violencia

Opinión
/ 6 octubre 2024

“La no violencia es la fuerza más poderosa que hay a disposición de la humanidad. Es aún más poderosa que el arma más compleja de destrucción ideada por la ingenua capacidad del hombre”.

Mahatma Gandhi

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 2 de octubre de cada año como el Día Internacional de la No Violencia, esto con motivo del aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, líder del movimiento de independencia de India e impulsor de la no violencia.

También conocida como “la resistencia no violenta” o “la política de la gente común”, la no violencia es una forma de lucha social que rechaza el uso de la violencia física para alcanzar un cambio social o político. En ningún sentido propone que la sociedad sea pasiva o sumisa ante las injusticias del poder, por el contrario, es una técnica para exigir el respeto y garantía de los derechos de todas las personas, sin necesidad de utilizar la violencia.

TE PUEDE INTERESAR: Pérdida y desperdicio de alimentos: datos y retos críticos en México y el mundo

Entre las actividades que se relacionan con esta técnica se encuentra la protesta y persuasión; las marchas y conmemoraciones; la no cooperación; y la intervención no violenta, como bloqueos y/u ocupaciones. Ejemplo de lo anterior es la “Marcha de la Sal” llevada a cabo por Gandhi y cientos de manifestantes en 1930, como forma de protesta ante la ley británica que obligaba a comprar sal producida en Reino Unido. Si hacemos un ejercicio de comparación con el Boston Tea Party, llevado a cabo en el marco del movimiento de independencia de las 13 Colonias Británicas, la diferencia es que este último sí concluyó con el uso de la violencia física.

Una de las principales finalidades de la no violencia es alcanzar el acuerdo entre gobierno y sociedad en condiciones pacíficas, es decir, resolver el conflicto de manera tal que la paz esté garantizada. En el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas se establece la paz como principio rector del sistema universal de protección de derechos humanos, sólo mediante la práctica de la paz y la tolerancia se puede evitar el flagelo de la guerra.

Los Estados deben buscar la manera de lidiar con las problemáticas internacionales e internas sin utilizar la fuerza física como primera opción, toda vez que, en palabras del propio Gandhi, “lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”. Aquellos gobiernos autoritarios que no escuchan a la sociedad y que utilizan la fuerza pública para someter a quienes tienen una opinión disidente rompen con el principio de establecimiento de la paz. Dichas condiciones únicamente durarán hasta que la sociedad lo permita, pues el poder de los gobernantes depende del consentimiento de la población y esta puede retirarlo en cualquier momento al darse cuenta de que sus derechos están siendo violentados.

La propia Carta de las Naciones Unidas establece mecanismos pacíficos de solución de controversias, es decir, medidas no violentas como la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos. Lo anterior sin dejar de lado el derecho a la defensa de todos los Estados, aunque este no puede ser utilizado como justificación para invadir un país.

México tiene un largo historial en el uso de la no violencia como mecanismo de protesta contra el gobierno. Por ejemplo, el 2 de octubre de 1968 se llevó a cabo la masacre, detención y desaparición de cientos de estudiantes que protestaban de forma pacífica en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco a manos de agentes armados del Estado mexicano. Hecho que lamentablemente fue replicado en 2014 cuando 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa que se dirigían a la conmemoración de la fecha mencionada, fueron detenidos arbitrariamente y desaparecidos por agentes estatales.

En este sentido, es importante recordar el primer paro nacional de médicos residentes e internos llevado a cabo en 1964 como forma de protesta por la falta de pago del aguinaldo, las malas condiciones laborales y la incertidumbre económica que atravesaban. El gobierno en turno no los escuchó e incluso utilizó los medios oficialistas para desprestigiar a los médicos. Otro ejemplo importante es la marcha y el plantón realizado por Marisela Escobedo como forma de protesta por el feminicidio de su hija Rubí. Lamentablemente, Marisela fue asesinada al exterior del Palacio de Gobierno de Chihuahua mientras protestaba de forma pacífica.

TE PUEDE INTERESAR: Marchan en Culiacán por la paz tras 20 días de violencia

En la actualidad, México también está atravesando por diversos movimientos que se pueden considerar no violencia, por mencionar algunos, la toma de la Cámara de Senadores en días pasados por parte de manifestantes y trabajadores del Poder Judicial como forma de protesta en contra de la reforma judicial, a esto se suma el paro general de labores en el mencionado poder; el bloqueo de la autopista México-Puebla por ejidatarios que exigen al gobierno el pago por la expropiación de sus tierras para construir dicha carretera; y las múltiples protestas en el norte del país por parte de los trabajadores de la empresa Altos Hornos de México por las diversas violaciones a sus derechos laborales.

De lo anterior cabe destacar que la sociedad mexicana ha aprendido a manifestarse y protestar de forma pacífica, sin hacer uso de la violencia para exigir el respeto y cumplimiento de sus derechos. No se puede decir lo mismo de las autoridades estatales, quienes constantemente utilizan la fuerza para reprimir a las personas manifestantes. Al respecto es menester recordar a todas las autoridades que su labor es proteger, promover, respetar y garantizar los derechos de todas las personas, y que solamente cumpliendo con estas obligaciones se podrá llegar a la paz.

El autor es auxiliar de investigación del Centro de Estudios Constitucionales Comparados de la Academia Interamericana de Derechos humanos

Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM