México, país de lentejuelas y oropel: política y farándula, la misma cosa
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El distractor es brutal y total. Todo un país sumido en el ritmo que marca un sólo hombre: Andrés Manuel López Obrador. El circo de sus “corcholatas” (los adelantados a la Presidencia de la República Bananera Mexicana) como distractor ha funcionado de maravilla y puntualmente. Habitamos un país de chacota, lentejuelas y oropel. Tal vez por esto, y no por otra cosa, lo impensable ha pasado: la quiebra del semanario de política y cultura, “Proceso”, que luego de más de 40 años de salir semanalmente a la opinión pública (no pocas veces con todo en contra) ahora se ha convertido en una revista mensual. Es decir, la extinción.
Habitamos un país de lentejuela y apariencia, y estamos habituados al mundo de la farándula. La política es farándula. La farándula es política. Quién no lo recuerda: ¿Cómo se dio cuenta no Carmen Aristegui, sino uno de sus avispados reporteros del caserón de varios millones de pesos que tenían en su momento Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto? No hubo ninguna investigación periodística, no, fue algo más sencillo: viendo las fotografías en la revista de la llamada prensa del corazón, “Hola” (año 2013).
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¿Cómo supimos en su momento que la bella y espectacular Anahí Puente se casaba con Manuel Velasco, entonces gobernador de Chiapas y hoy precandidato al Gobierno de México, una “corcholata”, pues? Porque “TV Notas” antes que nadie venía publicando semejante exclusiva. ¿Cómo sabemos hoy que el exdirigente del PAN nacional César Nava y su esposa, la actriz y cantante, Patylu van a dejar que su pequeña hija no se dedique a la política, sino a la cantada? Porque lo publicó en su momento otra revista de tiro ingente, “TV y Novelas”.
Todo, todo está en la llamada “prensa rosa” del corazón, del espectáculo y la farándula sabiéndola leer. ¿Es entonces de extrañar que “Proceso” esté a punto de morir? Absolutamente no. Duele en el alma a los lectores como su servidor, quien creció leyendo en sus páginas a uno de los mejores escritores que ha dado México: José Emilio Pacheco. Sí, el “Inventario” de JEP. Ya en la eternidad. Lo único y bien cierto es que “Proceso” no pudo adaptarse a los nuevos tiempos. Su redacción, su lenguaje se volvió rancio y avinagrado. Desde siempre así lo era y lo fue. Cuando semanalmente uno terminaba de leer sus páginas, el tono apocalíptico de sus textos y temas vendían a sus lectores una quimera: sí, el país se acababa. Si no ese día, tal vez en dos días más a lo mucho. Mentira podrida.
El destino los alcanzó y han quebrado. Años, años sin comprar una de sus publicaciones. A últimas fechas, de un buen tiempo para acá, como todas se quedaban con el voceador en turno (ya no se vendía), ya no se solicitaba como antes, y con el fin de no devolverlas como paquetería (“sería más caro el caldo que las albóndigas”, decimos en México para ejemplificar la nula vocación y viabilidad de un negocio), el voceador me la regalaba. Esperemos para bien de todos y cuando agarren lana y aire, vuelvan a ser un buen semanario.
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ESQUINA-BAJAN
Punto uno: A los mexicanos no les interesa el circo y boato de las “corcholatas” de AMLO. No. Les interesa la gran derrota (una más, como siempre en su largo rosario de derrotas, pues) de la selección infantil de soccer nacional a manos de los odiados norteamericanos. El chiste es viejo, pero sigue siendo bueno y válido: los gringos nos pueden ganar en todo, menos en dos deportes: charrería y soccer. No más. En un torneo tan extraño como bizarro, “Liga de Naciones Concacaf”, o algo parecido, México perdió con Estados Unidos (jueves 15 de junio). Un diario tituló así la nota: “¡Tr3s a cerow!”. Mejor, imposible.
Punto dos: “Proceso” quebró porque no pudo competir con lo siguiente: he comprado la nueva edición de “TV Notas” (No. 1374). Publica en exclusiva fotografías y textos de la actriz Yadhira Carrillo acompañando a su esposo en prisión, el otrora temible y millonario Juan Collado, quien está detenido desde julio de 2019. El abogado tuvo varios “microinfartos” y fue operado dos veces del corazón en un hospital privado, según la información de la revista, documentado todo con hartas fotografías. Pero...
Punto tres: Justo una página después (¿coincidencia?) viene una fotografía de la aún guapísima mujer y actriz Lety Calderón, quien tiene un hijo con cierta deficiencia (Síndrome de Down), Luciano, de 19 años. Y usted lo sabe, Lety Calderón es la exesposa de Juan Collado. Y estos terminaron y rompieron cuando el abogado le fue infiel a la actriz con la anterior deletreada, Yhadira Carrillo... en fin. País de oropel donde la farándula y la alta política siempre son la misma cosa.
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Punto cuatro: Antes era un gallo de pelea, una gallina de oro y plata en su especialidad, la alta velocidad. Hoy es un plumero. Es Ana Guevara, quien según una encuesta de la plataforma “México elige”, es la funcionaria más corrupta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con un 62.4 por ciento de percepción de corrupción, según los mexicanos. ¿Quién le sigue? Claro, Manuel Bartlett, de la CFE. ¡Puf!
LETRAS MINÚSCULAS
Mundo de oropel y lentejuela: por eso la vanidad sigue siendo un gran y buen pecado. (Eclesiastés 12.8).