El pasado 12 de octubre, el México salvaje mostró su rostro más siniestro y destructivo. Leamos esta coral, de distintas voces tuiteras, que reseñan el capítulo final de nuestra incipiente democracia, al aprobar Morena, de forma autoritaria y atrabancada, la reforma al poder judicial y sus leyes secundarias.
1) La efeméride que duele hasta nuestras raíces prehispánicas.
Pablo Majluf (@pablo_majluf): “Justo el día de la Hispanidad (12 de octubre) regresó el Tzompantli a ultimar su venganza”. Nota: “Tzompantli significa “hilera de cráneos” y refiere a un altar de madera que se utilizaba en las culturas mesoamericanas para empalar las cabezas de los sacrificios humanos”.
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2) En México la vida es una tómbola, en la cual el premio de vivir o morir da igual.
Miguel Carbonell (@MiguelCarbonell): “Hoy en el Senado se va a dar uno de los capítulos más infames de la historia constitucional reciente. Por medio de una “tómbola” y violando varias suspensiones otorgadas por juzgadores federales, se va a sacrificar la carrera judicial de cientos de personas. Es lamentable”.
Bernardo Sainz Martínez (@bsainzm): “La tómbola es quizás el símbolo perfecto de ese régimen. El azar, el capricho, la ocurrencia. La infantilización de la cosa pública. Nada tiene ciencia, el mérito es injusto, la experiencia, innecesaria. Quien sea, quien salga, siempre y cuando sea leal, es suficiente”.
Víctor Trujillo (@V_TrujilloM): “En una maldita tómbola yace el Estado de derecho. La república agoniza. México sangra. La secta lo celebra. #INFAMIA”.
3) Las víctimas colaterales del autoritarismo tombolesco-morenista.
El Universal (@El_Universal_Mx): “Entre lágrimas, la jueza de distrito en Culiacán, Marlén Ángeles califica la tómbola judicial como indignante, asegura que ‘Yo hice 20 años de carrera judicial y en una tómbola están destruyendo lo que yo me gané con todo el esfuerzo’”.
Nina (@Electoralis20): “He pasado la mañana al teléfono con una amiga con quien estudié, hemos llorado juntas y nos hemos indignado juntas por lo que está sucediendo en el Senado, es jueza de distrito en el norte del país; cuando comenzamos a estudiar ella era empleada doméstica y ya tenía 2 niños, poquito a poquito, con muchísimo esfuerzo, pero también con férrea perseverancia logró llegar a la posición en que se encuentra. Hoy 16 años de su esfuerzo están en una pelota blanca rodando en el Senado. Qué pinche impotencia, qué pinche coraje”.
4) La reflexión post mortem que cala el alma.
José Mario (@JoseMarioMX): “La insaculación que destituyó a 711 jueces y magistrados es mucho más que un acto político. Detrás de cada número sorteado hay vidas dedicadas al servicio de la justicia, años de esfuerzo, disciplina y compromiso que hoy se ven truncados sin razón aparente. El azar ha reemplazado al mérito y la experiencia, convirtiendo la carrera judicial en un espectáculo. ¿Qué pasa con las familias que dependen de ellos? ¿Qué ocurre con su dignidad profesional, después de construir carreras basadas en la ética y el trabajo constante? Este proceso no sólo socava la independencia del Poder Judicial, sino que arrebata la estabilidad a quienes han dedicado su vida a defender el Estado de derecho. La pregunta es: ¿cómo reinsertar a estos servidores públicos en un mercado laboral saturado, en medio de una crisis económica? Más allá del debate político, la verdadera tragedia es humana, y nos obliga a cuestionar: ¿quién defiende hoy a los que siempre defendieron la justicia?”.
5) La jodida realidad autoritaria que seguirá al ciudadano común.
Peniley Ramírez (@peniley_ramirez): “Imagínate que te acusan de un delito que no cometiste, te inventan un expediente con pruebas falsas y tu única esperanza es que te libere una jueza o juez competente, que descubra que la evidencia en tu contra es insuficiente o fabricada. Ahora imagínate que esa jueza o juez fue elegido al azar y no es capaz de juzgar tu caso ni con suficiente independencia ni con suficiente conocimiento técnico. Ahora imagínate que nada de esto es ficción y puede pasarte a ti, a mí, a cualquiera, cualquier día. Pues no, no necesitas imaginarlo”.