México y la clase trabajadora despreciada

En realidad, por su composición y descomposición, los sindicatos son vistos como una entidad a la que hay qué desaparecer
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra.
Pablo Neruda. Las vidas: la pobreza. Fragmento
La clase trabajadora, ese número mayoritario que mueve la economía global en cualesquiera de sus modelos económicos, es una clase vapuleada, menospreciada y denigrada por modernos esquemas que consideran que la solución para salir de la pobreza es una cuestión de voluntad. Por supuesto que es sabido que esta afirmación es un equívoco a todas luces, sin embargo permea en congresos, seminarios y en los reels de redes sociales; desde estos espacios se corea que cada individuo es el responsable único de su condición económica y de su ascenso o no en este modelo capitalista, sin importar criterios hegemónicos como el estrato social en el que se nace o la red de contactos sociales y familiares existente o no y el color de piel, consideraciones que también impactan en el resultado.
Si bien, la pereza se puede manifestar en todos los eslabones de la cadena productiva y también permea entre empleadores y empresarios, es un criterio que al parecer se ha asignado casi en forma exclusiva a la clase trabajadora mayoritaria. Ergo, están inhabilitados para poder ascender, ya que son perezosos o flojos.
Y hay otra reflexión dicotómica: a quien tiene un empleo se le considera como alguien a quien le ha faltado visión para emprender negocios y es por ello que es precisamente eso, una asalariada o asalariado. Por otro lado, el mercado laboral le alienta a la docilidad y a la aceptación de un salario que es el justo, de acuerdo a los empleadores. Si bien, el sexenio actual de López Obrador registró un incremento sin precedente en los últimos 20 años, es decir un aumento del 60 %, comparado con el incremento del 14.6 % del sexenio anterior encabezado por Peña Nieto, o del ínfimo 0.28 % de registrado en el sexenio de Calderón, sigue siendo insuficiente.
A esto podemos sumar que, en la generalidad, las organizaciones sindicales no presentan esquemas que permitan hacer contrapeso a “las demandas empresariales sobre las formas de contratación con jornadas fuera de la ley y ninguna protección social, o bien, que la contratación del trabajador se realice mediante esquemas clientelares”, ello de acuerdo a El estudio de la precariedad laboral en México: retos y desafíos para pensar el siglo XXI, escrito por Carolina Peláez González y Carlos García Villanueva, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
En el caso de la pandemia, fue evidente “como el neoliberalismo por décadas agotó las capacidades estatales no solo en salud, impulsó la desindustrialización gracias a la globalización de la producción, construyó débiles estructuras financieras a partir de obtener una rentabilidad a corto plazo” y creó una clase trabajadora “precaria, empobrecida y vulnerable”, y junto a esto impulsó la “destrucción de la colectividad, a partir de la desaparición gradual del movimiento sindical, políticamente desamparado y sin poder de negociación”. Así lo detallan Ernesto Sánchez Sánchez y Jesús Bojórquez Luque en su trabajo titulado Cambios en las formas de organización laboral y de protección social en el contexto neoliberal en México, escrito apenas en mayo de 2023, y el cual aparece en Biolex, revista jurídica del departamento de derecho de la Universidad de Sonora.
En realidad, por su composición y descomposición, los sindicatos son vistos como una entidad a la que hay qué desaparecer, y este es otro de los elementos que conviene eliminar para mantener un esquema de vulnerabilidad en la clase trabajadora, temerosa de perder un empleo que le permite una sobrevivencia limitada, pero al fin sobrevivencia.
Si bien 9 millones de mexicanos salieron de la pobreza en el periodo de 2020 a 2022, ha aumentado el rezago educativo y se ha degradado el acceso a los servicios de salud.
Actualmente el el 36.3% de la población total en el país, es decir, 46.8 millones de mexicanos, viven en situación de pobreza. Es decir, sin considerar el modelo capitalista expoliador, se asume falsamente que esos 46.8 millones de mexicanos, son pobres porque quieren.
El vocablo trabajo proviene del latín tripaliare, que significa tres palos. Tripalium era un yugo hecho con tres (tri) palos (palium), en los que amarraban a los esclavos para azotarlos