Mirador 10/12/2024
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El ciclo se repite una y otra vez, inalterado... Ni siquiera el hombre, con todas sus ciencias y todas sus filosofías, puede apartarse de ese ineluctable calendario
Los nogales que fueron de esmeralda hoy son de oro.
En la primavera todo es verde; el otoño pinta a los árboles de color dorado. Pronto sus frondas desaparecerán, y las ramas desnudas serán como manos que se alzan para pedir el retorno de los días vernales.
El cambio de las estaciones nunca cambia. El ciclo se repite una y otra vez, inalterado. La señorita Sutton, mi maestra de Biología en la secundaria, nos enseñó las etapas que rigen la existencia de los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Ni siquiera el hombre, con todas sus ciencias y todas sus filosofías, puede apartarse de ese ineluctable calendario. Yo he visto cómo se cumple en mi solar, lo mismo en las criaturas animales que en las vegetales. Y veo igualmente como se va cumpliendo en mí.
Primavera, verano, otoño, invierno...
Nacer, crecer, reproducirse, morir...
La eterna vida.
La vida eterna.
¡Hasta mañana!...