MIRADOR 14/12/2024
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Tú no fuiste un perro, Terry: fuiste un ángel disfrazado de perro.
Ahora que ya no estás te imagino volando por la región celeste con tus largas orejas de cocker a manera de alas.
El buen Dios ama a los perros. Le salieron mejores que los hombres. Son más fieles y más agradecidos. En su infinita sabiduría dispuso el Padre que en el Cielo haya árboles y postes para uso exclusivo de los perros.
Tú que estás cerca del Señor, mi Terry, háblale bien de mí, aunque para eso tengas que mentir un poco. Sé que nunca has faltado a la verdad, pero así como hay mentiras piadosas hay también mentiras amorosas, y las que digas acerca tu antiguo compañero serán por amor, por ese amor que me tuviste siempre sin merecerlo yo.
Recomiéndame con el Padre, Terry. Recuérdale que una vez dijo que prefiere la misericordia al sacrificio. Te hará más caso que a mí, porque tú eres bueno y yo no. Quizá algún día iremos la amada eterna tú y yo por las calles de la morada celestial. Entonces, Terry, el Cielo será verdaderamente Cielo.
¡Hasta mañana!...