Mirador 16/06/2024
HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Las gallinas fueron en manifestación ante el Señor y le entregaron un pliego petitorio.
Querían ser bellas como el cisne, el pavo real, el ave del paraíso o el quetzal.
Pedían que su nombre no fuera sinónimo de cobardía. Les molestaba que los hombres dijeran: “No seas gallina” al dirigirse a un medroso.
Exigían finalmente que les cambiara la forma de ser madres. Adujeron: “Es que cada hijo nos cuesta un huevo”.
El Señor respondió que no podía acceder a sus demandas. Lo hecho, hecho está, manifestó. Les prometió, sin embargo, que en alguna forma las compensaría.
Entonces les dio al gallo.
Esto sucedió hace mucho, mucho tiempo.
Y las gallinas no han vuelto a quejarse.
¡Hasta mañana!...