Torreón: Otra pistola en una escuela, seguimos sin aprender nada
Cuando un chico de secundaria disparó en el Colegio Americano de Monterrey en 2017, nos preguntamos muchas cosas, entre otras, qué se tendría que hacer que evitar que volviera a pasar. Tres años después ocurrió en Torreón, en el Colegio Cervantes. La misma pregunta surgió: ¿qué hacer para que no se repita? Se repitió: un niño de cuarto de primaria, otra vez en Torreón, llevó una pistola y la disparó dentro del salón. Afortunadamente no hubo fallecidos ni heridos.
Autoridades como el secretario de Gobierno, Óscar Pimentel, calificaron el hecho como “excepcional” porque supuestamente el niño de la primaria “Año de Juárez” no estaba consciente de que se trataba de un arma real. Pensó que era de juguete.
TE PUEDE INTERESAR: Coahuila: ¿Quién recibió la transferencia de los 579 millones de pesos de Javier Villarreal?
Ciertamente, lo sucedido en la semana difiere de los casos del Americano y Cervantes. En el de Monterrey inclusive el adolescente tenía adiestramiento en el uso de arma, y el menor del colegio Cervantes sabía lo que quería hacer.
Pero no por eso tendría que calificarse lo sucedido en la primaria “Año de Juárez” como “excepcional”, pues nunca será excepcional que un niño de 9 años tenga acceso a un arma, que la ingrese a un salón de clases y que juegue a matar a sus compañeros, así sea con pistolas de mentiras.
¿Qué aprendimos de lo ocurrido en el Colegio Cervantes hace cuatro años? Al parecer nada porque la solución para este tipo de “sucesos” parece ser siempre lo mismo: el operativo mochila.
Después de lo ocurrido se ventiló la misma estrategia, pero con un adorno que es común: “se reforzará el operativo”.
La Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada en La Laguna pidió reforzar el operativo y a través de un comunicado invitó a los directivos de las escuelas particulares a que se haga un hábito realizar el operativo.
El secretario Pimentel propuso el uso obligatorio de mochilas transparentes.
La atención en las mochilas o en esculcarlas pareciera que es la única estrategia frente a un problema mayor. Para empezar, la estrategia no ha resuelto el problema y minimiza otros fenómenos que tendrían que ser más apremiantes.
Hay que recordar que las niñas y niños en este país han crecido y siguen creciendo en un contexto de violencia, de asesinatos, desapariciones y disponibilidad de armas.
Podrá ser “excepcional” que un niño por error haya ingresado un arma de verdad a la escuela, como lo dijo el secretario Pimentel. Pero nunca será excepcional el fácil acceso a un arma ni tampoco que un niño juegue a matar otros.
AL TIRO
Las infancias en este país han crecido en una cultura de guerra, de militarización, de violencia, de hombres encapuchados arriba de camionetas, de policías a los que les tienen miedo. Pero también de abandono, de padres ausentes por muchas razones. Han crecido criados por abuelos, por videojuegos, celulares o tablets.
Por eso, más allá de operativos para esculcar mochilas, que suele ser la reacción inmediata, qué mecanismos se han desarrollado para alertar de situaciones de peligro entre las infancias. ¿Qué mecanismos hay para atender a las niñas y niños que piden ayuda con sus diferentes comportamientos? ¿Qué estrategias existen en las escuelas para detectar omisiones de cuidado en los infantes, maltrato o abusos?
TE PUEDE INTERESAR: Tras incidente con armas, van por uso obligado de mochilas transparentes en escuelas de Coahuila
El operativo mochila será −es− un paliativo para los primeros días en los que el reflector está encima. Pero qué se hace a largo plazo desde las diferentes esferas de la sociedad. Esa es la pregunta y allí debería estar encaminada la estrategia. No a esculcar mochilas.
Deberíamos de resistirnos a hacer hábito el operativo mochila, como propuso la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada en La Laguna. Ya hemos hecho hábito muchas cosas en este país que nunca debieron serlo.