Ni con Affleck ni con Collette se hace una

Es un hecho que las mejores opciones en la última semana para ver en la pantalla grande han sido los de “Los Asesinos de la Luna”, de Martin Scorsese y “Radical”, de Christopher Zalla.

Y más vale hacer hincapié cuando se puede tener acceso a películas que valen la pena que en otras que ni siquiera se puede considerar para su visionado en casa, como es el caso de otros dos estrenos sucesivos de propuestas que a pesar del talento involucrado sobre todo frente a las cámaras son unos verdaderos tropiezos para sus filmografías.

La primera de ellas se trata de una comedia titulada en castellano “Guerra de herederos” (“The Estate”, 2022), la cual es protagonizada por una actriz muy versátil como la australiana Toni Collette (“La Boda de Muriel”; “El Sexto Sentido”) al lado de la comediante norteamericana Anna Farris (“Hombre al Agua”) como un par de hermanas, Macey y Savanna, quienes en medio del proceso de perder un negocio familiar por deudas económicas se enteran que una tía odiosa pero muy rica de nombre Hilda (Kathleen Turner) ha sido diagnosticada con una enfermedad terminal y ven como una buena solución para su problema acercarse a ella con la esperanza de que al morir les herede su fortuna.

El problema es que, como lo hace obvio el título que se le dio en español, no han sido las únicas parientes pobres que han pensado lo mismo, y para cuando llegan a encontrarse con su tía se encuentran que otros primos con los que tampoco coincidían hacía rato (interpretados por actores como Rosemarie DeWitt y David Duchovny) están sobre lo mismo y se da la batalla campal por hacerse de la herencia. Escrita y dirigida por Dean Craig (“Un Funeral de Muerte”), quien más pena ajena da en esta propuesta de comedia no es precisamente Toni Collette sino la veterana Kathleen Turner como la tía Hilda, una presencia gloriosa en la pantalla grande en los años 80 en comedias superiores como “La Guerra de los Roses” (Danny DeVito, 1989) y aquí queda relegada a mero objeto escatológico literal.

Pero si bien eso le ocurre a un par de actrices talentosas que en su momento han sido incluso nominadas al Oscar como Collete y Turner, el día de hoy llega a las salas de cine una no menos decepcionante cinta en su caso del género de la acción y el misterio que bajo el título de “Hipnosis: Arma Invisible” donde es un actor y director ganador de la estatuilla dorada como Ben Affleck (por el guión de “Mente indomable”, de Gus Van Sant, en 1997) el que no sabemos si fue por la lana que le pagaron o cuál fue la razón de prestarse a participar como protagonista de una historia tan jalada de los pelos como esta original del director texano Robert Rodríguez (“Pistolero”; “La ciudad del pecado”).

Esto porque si bien “Hipnosis: Arma Invisible” inicia con una premisa interesante al presentar a Affleck como un detective de nombre Danny Rourke quien investiga la extraña desaparición de su hija por parte en apariencia de un ladrón de bancos con poderes hipnóticos (William Fichtner, con quien Affleck compartió créditos en “Armageddon”) en realidad encierra un más complicado secreto gubernamental norteamericano. Como el director irregular que ha demostrado ser Rodrííguez en toda su filmografía, esta cinta hace evidente que cuando Affleck tiene un buen director que lo respalde (o incluso él mismo) está perdido, y más si lo está también en una trama que además de recordarnos una mejor historia que la inspiró como “Llamas de venganza” (Mark L. Lester, 1984) lo ideal es evitar como la plaga.

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