Panoramas nacionales
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En antaño algunos decían que la política era el arte de lo posible. Hoy día parecería que también de lo imposible.
Lo refiero ya que ante el esquema electoral que se presentará este año, con la elección de gobernadores y un sinnúmero de municipios y legislaturas locales en los estados de Hidalgo, Tamaulipas, Aguascalientes, Quintana Roo, Durango y Oaxaca, sólo restarían dos entidades para completar el cuadro de ajustes entre el partido en el poder y la oposición débil y hasta sumisa: Coahuila y Edomex.
A la fecha, las encuestas de opinión que se han generado dan un triunfo dividido entre Morena y la coalición del PRI, PAN y PRD, mal llamada “Va por México”, sobre todo porque está haciendo agua en varias localidades.
En Tamaulipas, por ejemplo, en donde el espectáculo desde hace dos años ha sido tirarle al gobernador Cabeza de Vaca y sus múltiples intereses, hoy día aparece cantada para el candidato de Morena (un reciclado del PRI y que rescataron de un yonke), Américo Villarreal (aquel que impulsó a Tomás Yarrington). Las cifras coinciden en que el abanderado de Morena y sus satélites cuentan con un 45.9 por ciento de intención de voto, seguido de César Verástegui, de la coalición Va por México, con un 24 por ciento, y por último, Arturo Díaz, del MC, con un 6.7 por ciento.
La lucha, que antes era entre el PRI y el PAN, se traduce ahora en una contienda con un exmiembro distinguido del PRI, quien como gobernador dejó mucho que desear, y la campaña del Gobierno Federal en contra de Cabeza de Vaca, que ha tenido eco en la población. Pero consideren que la tercera vía sea la clave para resolverlo.
Más de lo mismo en Tamaulipas, máxime que no serán solamente las facciones populares o los grupos de poder los que podrían llevar al triunfo a Villarreal, sino también se especula que hasta los mismos cárteles. Válgame Dios.
Hidalgo. Por primera vez se presentará una transición en ese estado por dos circunstancias especiales. La primera derivada de la designación de Carolina Viggiano sin consultar al actual gobernador, y la segunda es que ella representa lo más retrógrado y nefasto de la política hidalguense. Bastantes travesuras realizó Viggiano en los últimos 10 años que la alejaron de los grupos locales e incrementaron sus mieses, sobre todo con los múltiples proveedores hidalguenses que hicieron su agosto en Coahuila. La toma del PRI y su arrebato marcaron su debacle política y hoy su exesposo la entrega como corderito al sacrificio.
Julio Menchaca, de Morena, cuenta con el 45.9 por ciento del voto; Viggiano con el 27.8 por ciento y Francisco Berganza, de MC, con el 11 por ciento. El futuro de Hidalgo es guinda, sin lugar a dudas.
Aguascalientes se convierte en un bastión panista, aunque con posibles sorpresas. La candidata Tere Jiménez arrancó este año con una intención superior al 51 por ciento, sin embargo, después de un mes tiene el 47 por ciento de apoyo, esto generado por la inclusión de Anayeli Muñoz, una activista, periodista y académica que fue diputada federal suplente de Amalia García por Movimiento ciudadano y que ha surgido como el ave fénix al 43.8 por ciento de preferencias en menos de 15 días de su nominación.
La candidata de Morena, Nora Ruvalcaba, se dice que cuenta con el 21.59 por ciento de simpatías en una grieta bastante ancha para poder alcanzar a las dos punteras.
Resulta que en ese estado la sorpresa puede ser para la coalición Va por México y en especial para el PAN.
Durango. En el gobierno actual, de coalición, hay muchas sospechas de los antecedentes del gobernador y sus vínculos con intereses no sólo de grupos económicos, sino de malhechores.
En ese estado se presenta hoy día un empate técnico entre Morena, con Alma Vitela, quien lleva al 36 por ciento de las simpatías, contra Esteban Villegas, del PAN, con 36.2 por ciento; esto frente a una candidata de Movimiento Ciudadanos con sólo el 4.5 por ciento.
La final se antoja de fotografía y de una lucha intestina entre las facciones para obtener el triunfo o hacerse de los votos de MC para completar el cuadro.
En este panorama, el avance del proyecto de López Obrador se consolida por el hartazgo, sin embargo, no cambia la ecuación en la elección de candidatos y sigue la tendencia del reciclado de lo más retrógrado del priato, del que está infestado su Gobierno.
No hay proyectos, sólo decisiones cupulares. Saramago es muy cierto: “Los fascistas del futuro no van a tener el estereotipo de Hitler o Mussolini. No van a tener el gesto duro militar. Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. En esa hora va a surgir el nuevo demonio y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo”. ¡Haya cosa!