Peligros que son evitables
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En eso se va un buen porcentaje de la información.
La gente prende el televisor para ver a quién atropellaron, dónde fue el último incendio, donde sucedió el último tiroteo masivo, cuál es el video de alguna cámara de combi o camión que presente un robo en transporte urbano, cuál tráiler se volcó hoy, a quién asesinaron, quién se suicidó...
Antes le llamaban la “nota roja” y hasta había aquel periódico que se llamó “Alarma”. Se vendía mucho para que cada lector supiera que había alguien peor que él. Ahora lo rojo ha invadido las páginas de los diarios y no deja de salpicar todos los noticiarios repetitivos de la radiodifusión y la tele.
Se pasa revista a muchos peligros evitables. Conciencia, educación, responsabilidad, sensibilidad comunitaria, sentido de previsión, observancia ante reglas de protección común son ingredientes en la ensalada de la seguridad. Los mantenimientos tienen como misión quitar peligrosidades. Lo mismo sucede con las recomendaciones sanitarias ante las sucesivas olas de contagios crecientes.
Ha de llegarse a un clima, a una atmósfera, a un ambiente de actitudes generalizadas de cuidarse y cuidar. Sabemos todos que somos mortales, pero no se han ahuyentado los riesgos, sino que parecen proliferar hasta hacer peligroso lo que parecía más inofensivo. Claro. Cada ciudadano puede −en cualquier acción− evitar lo que se parezca a arrojar su cáscara de plátano a la banqueta.
LO DIJO INEGI
En el año 2021 ya eran, en este país, 88.6 millones de usuarios los que podían comunicarse por internet.
El 71 por ciento de la gente que habita estos territorios ya puede hacer o recibir una llamada y ensartarse en las redes sociales.
Es una plaza pública. Un inmenso estadio. Un estropajo con el enredo abigarrado y múltiple de todo lo que pueda llamar la atención.
Imagen y voz hacen desaparecer distancias y todo está al alcance de un click.
Y ya se piensa en las computadoras cuánticas, en las imágenes tridimensionales, los metaversos, con todos los recursos de la inteligencia artificial.
Parece que la técnica china, por acá,
irá aumentando la altura de la línea estadística hasta que la más apartada ranchería tenga señal.
LOS TRAPITOS AL SOL
Es la conjugación de los verbos ventanear y balconear.
En tiempo de futurimos políticos, en que muchos madrugan para que amanezca más temprano, van apareciendo las salpicaduras de contactos convenencieros, de austeridades fingidas, de trayectorias contaminadas para generar desconfianza y decepción hacia los adversarios.
Sin urbanidad política se lanzan piedras desde tejados de cristal y se buscan etiquetas descalificadoras para que sólo unos
chicharrones truenen y otros queden fuera del sartén.
El colmillo ciudadano, más agudo
y macizo, ya distingue, conoce y clasifica para no ser ingenuo y tragar nueces
sin pelar.
El PODER DE LO PEQUEÑO
No serían posibles las inmensas galaxias sin los quarks.
Las inmensas masas de los astros no pueden existir sin las partículas cuánticas.
La fuerza de la Creación está en lo pequeño. En la unidad de la Creación se da la presencia dinámica de la humanidad.
Y todo está conectado en unidad que reúne lo diferente en complementación.
Cada pensamiento, cada propósito, cada decisión, cada obra proyecta su bondad o su maldad al cosmos y a la humanidad.
Se ha hablado de la litósfera, la biósfera, la noósfera y de la cristósfera como niveles de minerales, seres vivos, pensantes y divinizados.
Nadie está solo. Estamos en común unión... Lo pequeño es pequeño; pero ser fiel en lo pequeño es cosa grande.