¿Plan de reactivación o reactivación aplanada?

Opinión
/ 6 febrero 2022
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Nos dice la Real Academia Española que un “modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla o encauzarla” es la definición de Plan. ¿Quién no ha hecho planes? Más o menos ordenados, más o menos detallados, pero todos los humanos, desde niños, tenemos planes en la mente. Salir a jugar con los amigos después de la escuela. Definir las clases que un estudiante tomará durante el semestre o cómo y dónde vivirá. Un plan de negocios para el emprendedor. Unas vacaciones, por más sencillas o cortas que sean, para una familia. Salir a cenar con el novio o la esposa. Son todos ejemplos de planes que suceden en nuestras vidas y en las de personas a nuestro alrededor. Entre más detallados y estudiados sean los planes, seguramente aumenta la probabilidad de que al ejecutarlo nos lleve de donde estamos a donde queremos llegar. Esa pareja que se propuso salir a cenar tal vez necesite hacer una reservación o verificar si el restaurante al que quieren ir está abierto o dentro de su presupuesto. Un plan de negocios que no contempla variables sobre el mercado, las condiciones de la economía, costos fijos y variables, muy probablemente estará destinado a fracasar. Es decir, hablar de “planes” es algo muy cotidiano, pero armar, administrar y ejecutar un plan es casi un arte.

El 3 de febrero, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, presentó “el refuerzo” al Plan de Reactivación Económica de 2021. Sí, la secretaria presentó un plan de 18 meses en enero de 2021 y 12 meses más tarde anunció medidas adicionales o de refuerzo a dicho plan. Podríamos dedicarle toda esta página a revisar el contenido del plan que, según reportes, incluye “incentivar el mercado interno a través del empleo”, una “campaña para consumir lo Hecho en México”, que el Infonavit, la Cofepris y la banca de desarrollo serán “habilitadores que impulsarán el plan de reactivación económica”, o que “se trabajará con” alguien “para crear los 10 polos de desarrollo” en el Istmo de Tehuantepec e “incorporar un plan integrado de proyecto sur-sureste...”. Es decir, el plan incluye que se trabajará para crear polos de desarrollo a través de otro plan (que no se ha incorporado a este plan). El “plan refuerzo 2022” incluye también una presentación en Dubai “para jalar inversión”. ¿Acaso no se dan cuenta que no hay que ir hasta Dubai a buscar inversiones cuando los inversionistas nacionales y extranjeros de países normalmente asociados con México tienen sed de señales claras y positivas del gobierno? ¿Será que están buscando incautos que no vean las mañaneras? Y si el viaje a Dubai es un éxito, ¿será razonable pensar que esas inversiones impactarán en la recuperación de 2022 y en los últimos 6 meses del plan 2021?

No dudo de las buenas intenciones y el buen corazón y cerebro de la secretaria Clouthier. Como muchos de sus colegas en este Gobierno Federal se enfrenta a un jefe que es como un agujero negro que habita un gran palacio y que absorbe toda la energía y centraliza todas las decisiones. Pidiendo desde el estrado que su equipo genere resultados positivos sobre temas en los que él constantemente les estorba. La secretaria Clouthier tuvo mucha razón cuando dijo durante su discurso “que no se puede pensar en crecimiento económico sin la iniciativa privada”. Lo que no es claro es si su jefe piensa lo mismo y si seguirá empeñado en poner la carreta enfrente de las mulas (o simplemente matar a las mulas para hacerlas tamales). Fuera de los reportes de prensa y el discurso de la secretaria, el contenido exacto y los detalles del “refuerzo del plan” no estaban disponibles 24 horas después del discurso y el Centro de Contacto Ciudadano de la Secretaría no tenía claro cuándo sería publicado. Aún así, habría que empezar por preguntarnos si el nuevo plan trae algo distinto o extraordinario que verdaderamente tenga posibilidades de mover la aguja. ¿Será que los políticos piensan que el discurso y la “presentación” del plan son el objetivo y no la calidad o contenido de este, las fechas, los responsables, los métricos de dicho plan? ¿Será que cuando se publique el plan, sabremos qué impacto tendrán las distintas acciones de este en el crecimiento o la actividad económica? Tengo muchas dudas normalmente y más cuando los planes están a cargo de un gobierno averso a los datos duros y a ver la realidad. Después de todo, en julio de 2019, en abril de 2020, en enero de 2021 y ahora en febrero de 2022 se han presentado planes de “reactivación económica” cuyos resultados son cuestionables si no es que trágicos. A pesar de esos planes, el PIB de México cayó 0.1 por ciento en 2019, 8.2 por ciento en 2020, rebotó por inercia (y gracias a Estados Unidos) 5 por ciento en 2021 y se espera que, si bien nos va, podamos llegar a cerca del 2 por ciento en 2022. Cuatro planes y al cierre del tercer año estamos un 3.7 por ciento por debajo de donde estábamos al cierre de 2018. ¿El problema es el plan o los planeadores?

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com

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