Agua tratada: ¿la dejamos correr?

Politicón
/ 22 marzo 2017

Uno de los aspectos en los que más se nos “complica” como sociedad el tomar decisiones es el relacionado con la preservación del medio ambiente.

Concentrados en lo inmediato y con múltiples elementos de la agenda diaria en calidad de urgentes, pensar en el impacto que nuestras acciones cotidianas tendrán en el mediano y largo plazos se nos antoja imposible.

El asunto se vuelve más difícil en la medida en la cual las acciones necesarias para garantizarnos a todos un mejor futuro demandan inversiones importantes que “no lucen”, es decir, que no les permiten a nuestros gobernantes “presumir” los beneficios que su gestión implica para nuestras vidas.

El asunto cobra sentido, sin embargo, cuando uno vuelve la vista atrás y puede dimensionar lo que se ha perdido. O lo que se ha dejado de ganar, si se prefiere tal perspectiva.

El comentario viene al caso a propósito del reporte periodístico que publicamos en esta edición, relativo al costo de oportunidad que podría significar para la región –y para la entidad y el País, en realidad– el haber dejado “abandonado” el proyecto de la “Línea Morada” mediante el cual se pretende conducir el agua tratada de Saltillo a la zona industrial de Ramos Arizpe en donde podría ser comercializada.

De acuerdo con el cálculo realizado por el investigador Alejandro Dávila, en los últimos nueve años se han tratado unos 270 millones de metros cúbicos de agua en nuestra ciudad, pero solamente se ha comercializado una mínima fracción de ésta, debido a que no existe la infraestructura para llevarla a donde se encuentran los principales compradores potenciales.

De acuerdo con los datos del mismo investigador, el agua proveniente de la planta tratadora de Saltillo habría podido generar importantes ingresos para la ciudad debido a que tiene un precio sumamente competitivo pues resulta alrededor de 35 por ciento más barata que el agua para uso industrial.

Con tales cifras, la venta del líquido pudo generarle a la ciudad cerca de 2 mil 500 millones de pesos en ingresos, lo cual no solamente habría pagado sobradamente la inversión en la construcción de la “Línea Morada”, sino que habría permitido financiar otros proyectos para preservar el medio ambiente de la región.

Contrario a toda lógica, sin embargo, el proyecto se encuentra “estancado” debido, presuntamente, a la falta de permisos para atravesar dos tramos de línea férrea que se ubican en el trayecto del mismo. Un inconveniente sin duda menor cuando realmente existe interés en desarrollar un proyecto y/o se considera importante para la comunidad.

¿Por qué sigue empantanado dicho proyecto a pesar de los muchos beneficios que claramente implica su construcción?

Valdría la pena que las autoridades municipales y estatales nos dieran una explicación sobre las razones que han impedido hasta ahora que el mismo se concrete y, de paso, que nos digan si piensan hacer algo, en serio, para que el mismo pueda concretarse en el futuro inmediato.

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