La caballerosidad, ¿es una forma de machismo?
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Debate en breve por la comunidad de la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC
A favor: Paloma Lugo, candidata a maestra en DH por la Facultad de Jurisprudencia de UAdeC. Secretaria Técnica de la Academia Interamericana de DH. @palomaalugo
En contra: Fernando Ruz, abogado. Auxiliar de investigación de la Academia Interamericana de Derechos Humanos. @fernandoruz19
@palomaalugo
La caballerosidad es un acto machista cuando se considera que los hombres, o mejor dicho los “caballeros”, están obligados a cumplir con sus reglas y las mujeres o las “damas” son quienes deben beneficiarse de estos actos.
Además de ser el machismo una expresión cultural que se basa en la falsa creencia de superioridad de los varones frente a las mujeres, es una ideología que divide a hombres y mujeres en dos géneros: masculino y femenino. Además, asigna roles y promueve estereotipos de género mutuamente excluyentes que refuerzan la idea de poder y dominación masculina y reproducen relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres.
Aunque la galantería o caballerosidad sea aceptada, esperada e inclusive exigida socialmente, reproduce un machismo que, si bien es sutil, etiqueta a las mujeres como damas delicadas, vulnerables y sensibles que deben estar bajo el cuidado, protección y atención de sus caballeros.
@fernandoruz19
Los seres humanos nos hemos vuelto egoístas, frívolos y despreocupados por nuestros semejantes al momento de vivir en sociedad.
Dicho lo anterior, es necesario aclarar los conceptos sobre los cuales tratará el presente debate, antes de afirmar que un “caballero” o la “caballerosidad” son formas de machismo. Un “caballero”, en términos de la Real Academia Española, es un “hombre que se comporta con cortesía, nobleza y distinción”. En ese sentido, al definir la palabra “caballerosidad” la misma institución establece, como una actitud del caballero, “la generosidad”. Ninguna de las dos definiciones citadas plantea que el caballero únicamente tiene que ser cortés y generoso con una “dama” o que su actitud “caballerosa” debe estar motivada exclusivamente por “la delicadeza y vulnerabilidad” de una mujer. Por el contrario, un caballero es aquel hombre que entiende que un poco de generosidad y cortesía en las acciones de todos los días puede ayudar a construir una sociedad más humana y menos egoísta.
@palomaalugo
La cortesía, nobleza y distinción no son características exclusivas del hombre o del caballero, como parece señalar. Sin embargo, no hablamos de mujeres “caballerosas” –y sí generosas– porque precisamente los conceptos caballero y caballerosidad identifican un género. Si el objetivo es construir una sociedad más humana y menos egoísta –y yo añadiría, más justa e igualitaria– debemos empezar por hablar de cortesía y no de caballerosidad, como una característica de las personas y no de los géneros.
@fernandoruz19
Parece que ahora el problema son las palabras y no los actos. La contraparte ha cambiado su postura y ahora alega que el problema de la “caballerosidad” es un problema de lenguaje, al no existir una palabra que defina de la misma manera a las mujeres nobles y generosas. Más allá del nombre que le pongamos, las acciones que demuestran generosidad en el trato son necesarias para una convivencia social más cálida. Al final de cuentas, la “sociedad más humana” de la que habla la contraparte no se construye con palabras sino con acciones.
@palomaalugo
El problema son las palabras y los actos. La cultura machista está tan interiorizada, normalizada e institucionalizada, que entiendo que mi contraparte tenga problemas para percibirla. Mi postura no ha cambiado: la crítica es al lenguaje verbal y no verbal que promueve, con un machismo disfrazado de caballerosidad, relaciones de subordinación. La galantería es machismo al reforzar estereotipos que implican, en “ellos”, el deber de protección y cuidado; y en “ellas”, no pagar cuentas y asientos preferenciales.
@fernandoruz19
Toda generalización es excesiva. No es posible afirmar, sin mentir, que todos los hombres que realizan acciones de cortesía lo hacen porque se consideran “superiores” a las mujeres o pretendan instaurar una relación de “subordinación”. Al parecer, es muy difícil para la contraparte aceptar que existen hombres amables por convicción –que lo son con hombres y mujeres por igual– y no pretenden ser “caballeros” en el sentido prejuicioso con el que se califican sus actos.
@palomaalugo
Si seguimos idealizando la galantería sin visibilizar el machismo que representa, lejos estaremos de identificarnos como sociedad igualitaria. Parece que la contraparte no entendió el objetivo del debate. No es la amabilidad lo que se rechaza, sino las reglas de “caballerosidad” que asumen que la mujer “necesita” protección, y que el varón está obligado a proporcionarla. Cuando se opte por la cortesía y no la “caballerosidad”, la contraparte podrá apreciar, sin problemas, la evidente diferencia que existe entre las dos.
@fernandoruz19
La contraparte no pudo dar más argumentos para sostener su postura que la afirmación prejuiciosa y sin fundamento de que todos los hombres realizan acciones de cortesía porque creen que las mujeres son inferiores y necesitan protección. ¡No es así! Existe gente aún que entiende que la lucha por la igualdad no excluye a una cultura de amabilidad. Para terminar, sería poco caballeroso de parte del suscrito pretender que he ganado el debate, el lector juzgará.
Este debate es un ejercicio de construcción argumentativa. Las posturas se sortean, por ello no necesariamente se refleja la convicción personal de los debatientes.