¡Auxilio, me quemo… y los quemo!
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Bornout. Las víctimas suelen ser profesionistas con híper responsabilidad, que trabajan con clientes necesitados o problemáticos, y que cumplen funciones para cubrir deficiencias.
“Qué vengan los bomberos que me está quemando. Que vengan los bomberos que me estoy muriendo…” Así cantaba Daniela Romo al inicio de la década de los noventa al referirse al efecto que la mirada de un hombre había causado en su corazón. ¡Ternura! Pero no es nada tierno cuando estás quemado y sientes que el estrés y exceso de responsabilidades en el trabajo te consume lentamente.
Burnout es una palabra derivada del inglés que significa estar quemado. El término se tomó de la industria aeroespacial y significa agotamiento del carburante de un cohete por calentamiento excesivo.
Como síndrome fue descrito en 1974 por Herbert Freudenberger, psiquiatra de una clínica para toxicómanos en Nueva York. Hace referencia a la idea de quemarse o consumirse que experimentan trabajadores que están superados por situaciones laborales. Las víctimas suelen ser profesionistas con híper responsabilidad, que trabajan con clientes necesitados o problemáticos, y que cumplen funciones para cubrir deficiencias.
Características principales
Agotamiento emocional y físico
Distanciamiento y cinismo hacia los clientes
Sentimientos de incompetencia y deterioro de la autoimagen profesional
Rechazo hacia el trabajo
Irritabilidad, ansiedad, tristeza, culpa y remordimiento, entre otros
Dicho de otra forma: cansancio cognitivo.
Lamentablemente el Síndrome de Burnout afecta todo tipo de profesiones y no solo aquellas que se dedican a ofrecer servicios de atención personalizada; provoca alteraciones psicofisiológicas en cualquier persona y estas se contagian fácilmente, por lo que trae consigo consecuencias negativas en las instituciones.
Para especialistas en el área clínica, no existe una estrategia simple capaz de prevenir o tratar el síndrome; sin embargo, un empleado que se da tiempo para su vida personal: comer, descansar de forma en que pueda liberar el estrés diario y asegurarse de tomar vacaciones de forma regular, disminuye notablemente el riesgo del Síndrome del Burnout o mejora sus efectos.
Algunas propuestas que ayudan a impedir o prevenir el Síndrome del Burnout son: evitar sobrecargarse de tareas y más si no son habituales. Utilizar canales de comunicación, averiguar si otras personas han pasado por lo mismo y cómo lo solucionaron. Delimitar las funciones. Aprender a controlar las emociones.
El apoyo organizacional, grupal y/o personal disminuye el riesgo de agotamiento emocional, despersonalización y deterioro de la autoevaluación de la competencia personal; por lo que el soporte continuo de mandos medios y altos es de suma importancia. Se recomiendan actividades que permitan intercambio de información y retroalimentación de actividades; evaluaciones periódicas donde se reconozcan méritos, así como pasar cada día a saludar: una palmada en la espalda y agradecimiento por el sustento de los colaboradores.
¿Consideras que estás quemado o alguna vez lo has estado? Comparte con nosotros. Dominio Comunicación: Comunicación efectiva para tu vida personal y profesional. (55) 2212 7220.