Café Montaigne 108

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Hoy vamos a continuar hablando de futbol. Esta es la segunda parte iniciada el sábado pasado. Gracias por asistir a esta tertulia. No pocos comentarios recibí, no pocas letras coseché con el texto anterior, hoy regresamos al tema. Alguna vez y pienso en alguna gran y bella selva del mundo, ignoro exactamente dónde, un coco cayó de su enorme árbol, una palmera. Pienso que 11 de una manada o tribu de chimpancés se abalanzaron sobre dicho coco. Otros 11 simios que merodeaban por el lugar, pues igual, hicieron eco y fueron a disputarse el coco. Este para mí es el origen del futbol soccer. Soccer, así nada más para los gringos. ¿Qué es el soccer? Espectáculo, control social de masas, circo, teatro y, claro, lana, harta marmaja. ¿A usted le gusta este negocio, que no deporte? Pues lo respeto.
Buena polémica y comentarios, insisto, levantó el texto anterior. Varios lectores me avisaron que sí, el torneo, la copa, la liga, el campeonato o como se llame este negocio en México, ya había empezado. Justo el viernes 19, un día antes de este “Café Montaigne”. Pues la verdad, yo ni enterado. Como no tuve visita a Monterrey donde este espectáculo es religión social, no me enteré. En esta ciudad, como en la Ciudad de México, como en Guadalajara, en Torreón y en otras entidades del País, donde este teatro arraiga en las masas del proletariado, se desayuna soccer, se come soccer y se cena soccer. No hay bibliotecas ni libros en las casas de los aficionados, pero sí hay playeras, hartas playeras, afiches y relicarios de su equipo favorito. ¿Pierde Rayados o Tigres en sus juegos de sábado o domingo? Las madrizas a las mujeres aumentan. Las cárceles amanecen llenas y el ausentismo laboral es catástrofe para los cresos empresarios. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas, los diarios de domingo y lunes, y lo ha dicho Aldo Fasci, secretario de Seguridad Pública de Nuevo León: “El problema, lo que nos preocupa mucho después del clásico, porque ya lo de antes y durante está muy ensayado por todos los policías… (Alguien va a perder y) es cuando más sube la violencia familiar”.
Los inefables Tigres de la UANL (es un decir), el club de mayor valor (su nómina) de la liga infantil de soccer nacional, vale más que varios clubs de la Europa League e incluso están por encima de al menos tres clubs que seguido disputan la Champions League: AEK Atenas, Viktoria Plzen y Olympiacos. Pero ¿están al nivel de juego de aquellos? No. Aquí entretienen a los obreros, para ellos es religión semanal. Incluso, dichas masas de obreros y empleados como no ganan lo suficiente para ir al estadio (es increíble, pero cientos de ellos cuando este escritor les pregunta en los bares y cantinas por qué no fueron al estadio, me cuentan que no, tienen dos o tres campañas sin ir) se conforman con ver los partidos en los tables dances donde se embrutecen de alcohol; pierdan o ganen, da igual. ¿Qué son los Tigres, Rayados, Chivas o América? Método de control social.
ESQUINA-BAJAN
¿Sabe usted de cuánto es el valor de Tigres actualmente? Más de 62 millones de euros. Harto dinero, pero lejos, muy lejos de un Barcelona, de un Real Madrid, Arsenal o Chelsea (vale más de 851 mil 75 millones de euros). Otra: Tigres y Rayados no pagan impuestos. ¿Usted los paga? Pues debería de evadirlos, todo se puede en México… siempre y cuando usted sea rico y poderoso, como los dueños de estos clubs. El gobernador Jaime Rodríguez, que no pudo con el paquete de gobernar Nuevo León, dijo literalmente en fecha pasada: “Con impuestos de Gignac sacaríamos para pagar una escuela”. Viene su declaración textual: “Los clubs de futbol Monterrey y Tigres no pagan impuestos, ‘quiubole’, no pagan el Impuesto Sobre Nómina (ISN), imagínense que le cobráramos a Gignac el impuesto de la nómina, sacaríamos para construir una escuela…” (26 de mayo, 2017).
Pero, ¿les importa esta pinza social y política a las masas de ignorantes fanáticos? Pues no. Absolutamente no. La “democracia”, la “libertad” y la “participación social” de los regiomontanos, como la de los laguneros, late en el Estadio Universitario, en el “Volcán”, en el Estadio Corona, no late en las paredes de su Congreso y menos en sus palacios de Justicia. El Gobierno lo sabe, por eso los Guerreros del Santos o los Rayados son tan apapachados por las autoridades políticas de cada entidad. ¿Y el deporte? Pues el deporte vale madre, así de sencillo. En Tigres juega el tal André Gignac, quien mete goles aquí a granel, pero en Francia no lo necesitan ni lo quieren en su Selección. Gana oro por jugar. Ahora y en esta temporada hay un jugador de Rayados, Maxi Meza, está tasado en 15.82 millones de dólares. Giovani dos Santos del América, el cual es más famoso por sus amoríos con Belinda que por sus goles, va a ganar 3 millones de dólares. ¿Cuánto ganó el adicto de Diego Armando Maradona cuando vino a “dirigir” a los Dorados de Sinaloa? Más de un millón de dólares. ¿Crisis y recesión en México? Pues ha de ser en Huamantla o en Candela, pueblos raros y absurdos.
Le platicaba la ocasión anterior que no me gusta el soccer. Lo practiqué por obligación en mi juventud (en algo tenía que ocuparme un poco), me gustaba ser portero. Estar solo en mi arco. Me lanzaba acrobáticamente al balón, aunque siempre fui muy regular. Bueno nunca fui. Tampoco me interesaba. Ya luego me aficioné, y mucho, al basquetbol. Tenía un tiro de media distancia que me funcionaba (pálida imitación de lo que hace hoy y perfecto, el astro Stephen Curry de Golden State). Hoy son buenos y gratos recuerdos de mi adolescencia. Juegos de inocencia y perder el tiempo.
LETRAS MINÚSCULAS
¿Qué tienen en común los siguientes atletas de alto nivel mundial: Paola Pliego, Gabriela Bayardo, Linda Ochoa, Kevin Chávez, Jonathan Ruvalcaba y Damián Villa? Eran mexicanos. Como a AMLO y Ana Guevara el deporte les vale madre, ahora van a defender los colores de otros países. Regresaré con un tercer texto a petición suya. Aquí nos vemos el próximo sábado.