Conceptos fundamentales de la organización inteligente

Politicón
/ 31 julio 2019
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Organización viene de la palabra organismo. Conjunto de partes vivientes que trabajan en armonía, sincronía, proporción y realizan cada una función determinante en la conservación de la vida. 

Los especialistas en la administración y gobernanza interna moderna, hacen la siguiente reflexión: mientras el ser humano vive saludablemente 70 años o más, las organizaciones enferman y languidecen aún antes de los 20 años debido a que los “órganos” entorpecen los procesos vitales, en vez de cooperar.

¿Razón? Falta de voluntad de trabajar en un verdadero equipo humano que, en la vida práctica, tome decisiones sensatas, actúe con plenitud y convierta a la empresa o institución en una organización eficiente, vigorosa y próspera.

El cuerpo humano tiene un funcionamiento perfecto, porque opera como un organismo vivo en todas sus partes y donde se toman decisiones responsables en cada área. Éstas no vacilan en cooperar en el restablecimiento de otras áreas e ir en auxilio de otros órganos en momentos críticos. Eso le permite recuperar salud y equilibrio en tiempo récord.

No así la organización empresarial (o gubernamental), donde un cerebro saturado quiere controlarlo todo, supervisarlo todo, decidirlo todo. Y donde sus “órganos” ejecutivos están más ocupados en sobresalir o sobrevivir entorpeciendo la función de otro, estorbándole en el proceso o tratando de matar, a toda costa, cuanta idea surja de otra cabeza que no sea la suya.

Volvamos a la comparación organización-organismo. Imagina que el sistema inmunológico ha detectado una infección en la uña encarnada del dedo gordo del pie izquierdo. Solicita audiencia al cerebro para plantearle la urgencia del problema y lo que está en juego. Éste contesta a través de su asistente que no lo puede atender porque tiene una reunión de banqueros, está en el club de golf y demás. Tampoco atiende cuando lo llama por teléfono.

Cuando pasan muchas semanas y cunde la gangrena con intensos dolores, el cerebro culpa al dedo gordo y ordena a los cirujanos cortar toda la pierna. Hay que saber delegar la autoridad una vez que se ha certificado el expertiz de cada colaborador. Decirle de vez en cuando, frente a su equipo: ¡Buen trabajo!, para mantener viva la motivación (lo que mueve a la acción) a lo largo del desempeño y potenciar el nivel de responsabilidad profesional en los colaboradores.

Los graduados de Princeton University escucharon como secreto de éxito: “Es la mejor idea escuchada en las reuniones de trabajo, misma que implementamos entre todos a detalle, no Steve Jobs, que se convierte en éxito de ventas”. Quienes lo conocieron en negocios o trabajo coincidían en señalar lo extraordinario: “él se transforma en un Buda cuando escucha  después se desata el huracán de actividad”.

¡Decídete a ser feliz hoy! 

@_A_lfonsina
Alfonsina

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