¿Culpa o responsabilidad?

Politicón
/ 9 marzo 2018

La capacidad de alcanzar tus sueños depende de tu capacidad de hacerte responsable de tu vida

 Lo que generamos y decidimos en la vida depende de las actitudes diarias que tenemos, la persona que somos en todo momento, cómo reaccionamos, cómo miramos las cosas y cómo resolvemos las situaciones, ya sean positivas o negativas. ¿Te ha pasado que buscas culpables para todo? O ¿podrías recordar en este momento a alguien cercano que viva generando culpas de todo lo que sucede a su alrededor? No hay trabajo, no hay dinero, es culpa del gobierno, es culpa de la maestra de mi hijo, es culpa de los transportistas, es culpa del colegio, es culpa de mis padres, es culpa de la sociedad… y podemos seguir y seguir y seguir… Con razones aparentemente “válidas” de porqué sucede esa situación en tu vida pero que no es “tu culpa”.

Will Smith es un actor reconocido por su carisma, calidez humana y sus valores personales. Hace unas semanas compartió en redes sociales un video que hablaba sobre su punto de vista respecto a la culpa y responsabilidad. Deseo compartírselos tal cuál porque me parece muy asertivo y me resonó con la idea del “Vemos las cosas cómo somos, no cómo son.” “Estaba teniendo una conversación con una amiga mía y nos concentramos en la diferencia entre culpa y responsabilidad. Ella decía, “Es la culpa de alguien, es la culpa de alguien..” Y yo pensaba “No importa de quién es la culpa cuando algo se rompe, es tu responsabilidad arreglarlo”. Por ejemplo, no es la culpa de nadie si tu padre era alcohólico y abusivo, pero sí es tu responsabilidad ver de qué manera vas a lidiar con ese dolor y los traumas.

No es tu culpa si tu compañero te engaña y arruina un matrimonio, pero si es tu responsabilidad enfrentar ese dolor y sobreponerte a él para lograr trabajar en ti y recobrar la felicidad nuevamente.” Culpa y responsabilidad no van de la mano y esto nos molesta pero así es. Cuando es la culpa de alguien, queremos que sufran, que sean castigados, que paguen por eso. Pero así no es como funciona, especialmente cuando se trata de tú corazón, tú vida, tú felicidad. Es tu responsabilidad, tu responsabilidad sola. Mientras sigamos señalando a la gente, y concentrados en buscar quién es el culpable, estaremos atrapados en el lugar de la víctima. Y cuando estamos en el lugar de víctima estamos atrapados en el sufrimiento. El camino para salir de ahí es haciéndote responsable.

Tu corazón, tu vida, tu felicidad, son tu responsabilidad y sólo tuya. (Will Smith, Culpa o responsabilidad, Youtube).” Y es que coincido con Smith que en ocasiones, el enojo o dolor que tenemos, nos produce más y más dolor si decidimos quedarnos ahí.. Seguimos atrapados en el sufrimiento al querer que el otro pague o resuelva el dolor, pero es algo imposible, porque dentro de esa persona vive otra historia, con otros dolores, con otros recursos, que no podemos juzgar. La forma de afrontarlo para una recuperación, es buscar personar de corazón de la mano de Dios y detenernos a pensar, ¿Qué hago con este dolor? ¿Cómo hago para atravesar este dolor, fortalecerme, perdonar y salir adelante? Claro que se puede lograr de la mano de Dios y cuando hay una disposición interior de hacerse cargo de la maleta propia, de lo que está sucediendo en uno, y eso se llama responsabilidad.

No podemos vagar por la vida culpando a Dios, a nuestros padres por lo que nos dieron o no dieron, a la pareja porque no cumplió con esa falsa expectativa, a los hijos o nueras por su falta de gratitud… Lo que si podemos es hacernos responsables de qué hacer con ese dolor, esa expectativa, esa carencia, ese vacío o hueco que ansiamos llenar o que otros llenen por nosotros. Lo que ha sido es y será perfecto para tu aprendizaje y el plan de Dios. Lo que sigue, depende de ti y de la decisión de hacerle frente. Sin culpas, sin pendientes, sin hubieras. Decídete hoy a hacer lo que está en ti, porque no es culpa de Dios, no es culpa de tu pareja que no eres feliz, no es culpa de la vida lo que elegiste. Recuerda que nadie es responsable de lo que me sucede sino yo mismo, de lo que permito y no permito, de los límites que pongo y los que dejo de poner, de lo que decido o no decido hacer y ser.

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