El chavo nuevo (conclusión)

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Decía, en el episodio anterior, que trataremos de darle alguna orientación al godínez de reciente ingreso que está despachando en la ventanilla de Presidente de la República, más que nada porque se ve que está chavo, muy motivado y le quiere como que echar ganas (a lo mejor está juntando para casarse con alguna diputada nayarita, no lo sé).
Eso sí, hemos visto no sin cierto nerviosismo que lo de López Obrador no es precisamente apegarse al manual de procedimientos, el cual se toma como meras recomendaciones a utilizar sólo en caso de que le haya fallado todo lo demás.
Su entusiasmo nadie se lo discute: es el primero que llega por las mañanas (se ve que le encanta madrugar) y ya tiene el café hecho para cuando todos los demás checan tarjeta. Porta el gafete con orgullo y dice que daría su sangre por la empresa y la vida por sus compañeros.
Pero la verdad es que nadie le está pidiendo tanto, nomás queremos que nos entregue esos canijos resultados que nos prometió desde el día uno. Eso y que sus números cuadren con lo que nos están reportando más arriba, aunque diga que siempre se queda a hacer horas extra y a él le salen otros datos.
Hay cosas que eran para antier y sí, ya sabemos que los que estaban antes dejaron un desmadre, pero precisamente por eso ya queremos ver un poco de contraste. No obstante, acabamos de ver a la mafia del poder muy quitada de la pena, sacándole brillo a la pista en una boda, baila que baila (baila de la chingada, eso sí, pero de que está contenta está contenta).
Me comprometí con esta columna a brindarle un poco de dirección en el ánimo de que su curva de aprendizaje se acorte, porque ya anunciaron el programa para festejar el primer año de la 4T, ya hasta dijeron de qué va a ser la piñata, el pastel y los bolos (que de los Avengers no, que mejor de Forky o de Frozen 2), y la verdad es que a la corrupción nomás no termina, como tampoco las malas prácticas del gobierno. Hablamos en concreto del ejercicio absolutista del poder presidencial, que sigue tan vigente como en los años del priato más robusto. A este paso lo único que les falta es acumular años en el Poder.
Tal vez es el problema que nuestra nueva contratación es de esa gente que tiene mucha iniciativa (así como que demasiada) y lo que necesita no es que le digan qué hacer, sino qué no hacer. Por lo que “conper”, paso a proceder:
Le voy a encargar mucho, don AMLO, que se deje de farsas como la de la consulta a mano alzada. Esos son recursos teatrales de campaña y si no se lo dijeron ya “N” veces, aquí se lo recuerdo: usted ya es Presidente en funciones.
Ahórrenos esos papelones, particularmente a los coahuilenses. No sé si está usted enterado pero en nuestra entidad llevamos un siglo ininterrumpido de Revolucionario Institucional (a veces creo que Coahuila ya era priista desde tiempos de la nueva extremadura).
Es en serio, hemos sufrido ya bastante a merced de ladinos carismáticos que hacen trucos de prestidigitación política para encanto de las muchedumbres más silvestres.
De hecho, por culpa de un encantador de bobos (que “El Mono” lo tenga siempre en su memoria) es que hoy estamos de estiércol hasta el cuello, tanto en lo financiero como en lo referente al orden y la legalidad.
No crea ni por un momento que es usted el primer Mesías que camina por estas agrestes tierras. ¡Uta, si yo le contara! Desde que tengo uso de razón, cada gobernante en turno es una combinación de Buda y los Padrinos Mágicos, toda la bondad y toda la magia y mire, sin embargo, nuestra actual situación.
Por ello, lo que nos gustaría ver ya para variar y para asombro de los aquí nacidos, sería un gobernante que abogase por la legalidad y la transparencia. Y es que de decisiones arbitrarias y acciones discrecionales, estamos ad ovum, es decir, hasta el huevo.
Recientemente que vino a dar por cancelado, con ese numerito “chabeliano” de la consulta exprés, el proyecto de Metrobús para la Comarca Lagunera, nos reduce como ciudadanos a la calidad de vasallos. Y para colmo, todo apunta a que su oposición a este proyecto es en respaldo a los transportistas que apoyaron su candidatura. ¿Y sabe quién paga así los favores electorales? ¡Exacto! Un cierto partido tricolor que se supone habíamos derrocado con su elección como Presidente.
Sepa que habría muy buenas razones para detener esa obra, dados los antecedentes de nuestros gobiernos, que de toda obra pública hacen una oportunidad para el enriquecimiento ilícito. Por lo que mucho bien nos haría si, dentro del marco de la legalidad, endurece su postura frente a la corrupción en los estados y sobre todo si su gobierno da seguimiento a todas las investigaciones por desvíos y malversación que están abiertas desde años atrás.
Si en cambio se aferra a las formas de la vieja escuela política, pues cada vez nos será más difícil distinguirlo de la demagogia a la que nos acostumbró a punta de fuete el tricolor Revolucionario.
Ténganos tantita consideración, los coahuilenses estamos enfermos hasta la metástasis de esa autocracia que comienza pícara, carismática, dicharachera, juguetona pero luego en sus etapas más avanzadas se vuelve brutal, devastadora e ignominiosa.
¿Estamos? ¡Ándele, señor López! Tómese ya si quiere el resto del día y mañana puntual lo queremos con la actitud correcta.
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