¿Estos son los candidatos?
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En las próximas elecciones del 6 de junio, los partidos políticos competirán por 20 mil cargos de elección popular. Serán las votaciones más grandes de la historia. Pero, ¿cómo es el procedimiento a través del cual los partidos políticos deciden quién los representará en las elecciones? Pueden elegir a sus candidatos de diversas maneras. El marco legal establece que los partidos políticos deben elegir “democráticamente” a sus candidatos. La competencia es parte de la democracia. Este concepto resulta ambiguo y genérico. No existen normas legales precisas ni rigurosas para asegurar su cumplimiento. Se determina principalmente por reglas y procedimientos internos a través del cual las autoridades electorales registran a los candidatos propuestos por los partidos y aprueban sus candidaturas. Estos procedimientos tienen un impacto directo en el alcance e importancia del proceso democrático, particularmente si los partidos carecen de transparencia.
¿Entonces cuáles son los criterios para elegir a los candidatos? Hay dos conceptos que son claves para el proceso de elección de candidatos. Uno es el de “centralización”, es decir, a qué nivel lleva a cabo el partido el proceso de selección -nacional, regional o localmente-. El segundo, es el de “participación”, que se refiere a quienes controlan el proceso de selección, puede ir desde los simples afiliados, o los militantes, o los principales dirigentes. En muchos casos se limita a que unos cuantos líderes del partido, deciden por sí mismos con el poder del -famoso “dedazo”-, todo lo relativo a la selección del candidato. Un claro ejemplo de esto es el de Félix Salgado Macedonio que, pese a los señalamientos en su contra, obtuvo el registro oficial como candidato a la gobernatura de Guerrero por Morena. Son cinco las mujeres que lo denuncian por acoso y supuestos abusos sexuales perpetrados por el senador con licencia. Son muchas las voces que piden cesar el registro de la candidatura de Salgado Macedonio a la gobernatura de Guerrero. No obstante, cuenta con la anuencia de las cúpulas burocráticas de Morena, incluyendo la protección de su dirigente Mario Delgado. “Las acusaciones de abuso sexual que enfrenta Félix Salgado Macedonio, son un asunto partidista y también producto de la temporada electoral”, comentó en la mañanera del pasado viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador. El pronunciamiento del mandatario no tardó en encender las redes sociales. Diversos grupos expresaron su inconformidad política, y piden unánimemente al presidente romper el pacto patriarcal. Incluso el caso del “candidato violador”, ya ha trascendido a un rompimiento interno entre grupos que se fraccionan dentro la estructura morenista. Es innegable que existe en la clase política mexicana un discurso de polarización que está permeando la sociedad mexicana.
Por otra parte, nunca me enteré en qué momento se abrieron las audiciones para entrar a la política. ¿Acaso hubo un “casting” abierto para aspirar a contender a los puestos de elección popular? Estos son algunos de los candidatos que se están postulando: la actriz Gabriela Goldsmith (Diputada Federal, CDMX, Morena); el comentarista deportivo Enrique Garay (Alcaldía, Edomex, Morena); ex director técnico José Luis Sánchez Sola (Diputado local, Puebla, Morena); el ex futbolista Jorge Campos (Alcaldía, Acapulco, Guerrero, PES); el cantante Vicente Fernández Jr. (Diputado local, Jalisco, PES); el cantante Ernesto D´Alessio (Gobernador/Diputado local, Nuevo León, PES); la cantante Paquita “La del Barrio” (Diputada local, Veracruz, PVEM/MC); la actriz y conductora Sugey Ábrego (Alcaldía, CDMX, PVEM/MC); el actor Alfredo Adame (Alcaldía, CDMX,RSP); la actriz Malillany Marín (Alcaldía, CDMX, RSP); el luchador Blue Demon Jr., (Diputado Federal, CDMX,RSP); el luchador Tinieblas (Alcaldía, CDMX, RSP); la boxeadora Mariana “Barby” Juárez (Alcaldía, CDMX, RSP): la ex Miss Universo Lupita Jones (Gobernadora, Baja California, PAN); la cantante y actriz Bibi Gaytán (Alcaldía, Edomex, PAN); el clavadista Rommel Pacheco (Diputado Federal, Yucatán, PAN); el ex boxeador Jorge “Travieso Arce” (Diputado local, Sonora, PRI); el actor Patricio Zambrano (Diputado local, Nuevo León, PRI); el actor y exfutbolista Arturo Carmona (Diputado Federal, Nuevo León, PRI); el ex ciclista Raúl Alcalá (Diputado Federal, Nuevo León, PRI), entre otros susodichos.
Esto sin mencionar que el partido local Querétaro Independiente (PI), dio a conocer que el actor Carlos Villagrán “Kiko”, ya no será su candidato a gobernador. Por su parte, Blue Demon Jr., explicó que no tendría que quitarse su máscara para participar en el proceso, “nos permiten guardar nuestra identidad, nos tendremos que descubrir ante las autoridades del INE”. Tampoco se revelará su nombre porque existe la posibilidad de anotar el sobre nombre o un alias. La imagen pública de Blue Demon Jr., sería la de un personaje vestido con traje, corbata, su máscara y una larga capa azul. Podemos también imaginar a Jorge Campos en bermudas, con sus lentes oscuros, y en chanclas despachando desde el Presidencia Municipal de Acapulco. Me conformo con que no siga el ejemplo del ex delantero del Club América, Cuauhtémoc Blanco, “el gobernador ausente de Morelos” (quien no tuvo actividades en 207 de los 365 días de su primer año de gobierno).
Ante esta planilla de “circo, maroma y teatro”, ¿por qué la nominación de candidaturas de actores, cantantes, deportistas, comentaristas, y hasta una reina de belleza? ¿Qué experiencia o trayectoria política tienen para ejercer el cargo de representación por el cual compiten? ¿Cuál es su preparación en la administración pública? ¿Por qué abundan las postulaciones de estos candidatos corruptos? Porque rentan su imagen al mejor postor que les llegue al precio, para embobar a los sectores más despolitizados. A los partidos les conviene pagarles (con el dinero con el que los contribuyentes pagamos nuestros impuestos), a figuras públicas que les garanticen votos. ¿Para qué pagar campañas tan caras? Los partidos políticos “oficiales” son considerados como agencias electorales del gobierno en turno. Es evidente su necesidad de hacer un proselitismo que sea capaz de robustecer el clientelismo electoral para tener una mayor tajada del pastel. Mientras que los partidos chicos tienen que asegurar la representación del 3% del umbral electoral para mantener su registro y así poder seguir en el ajo de la corrupción. Este sistema político democrático mexicano enfrenta una crisis de representación cuya evidente corrupción genera desánimo ciudadano. La poca confianza de los ciudadanos hacia la clase política, se manifiesta, en parte, en esta crisis de la representación democrática. La falta de seriedad, veracidad, sustento y compromiso de las propuestas de los institutos políticos y sus candidatos, genera cada vez más abstencionismo. Al final del día, los partidos políticos se enfocan en la función básica de un sistema electoral: que es la de convertir los votos en escaños. Por todo esto creo que, en definitiva, hay un divorcio entre la clase política y la clase social.