Fuera el Gobierno de la UAdeC
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“Todo acto educativo es un acto político”
Paulo Freire
La Universidad de Coahuila se fundó en el año 1957 por un decreto del Congreso del Estado. Pero sería hasta 1973 que la institución lograría la Autonomía. Es decir, durante 16 años el Gobernador de Coahuila era quien designaba al titular de la rectoría universitaria y bajo criterios personales. Por ello, luego de la otorgada facultad para autogobernarse como casa de estudios, en aquel momento se esperaba que la intromisión gubernamental terminara. Sin embargo la participación política nunca dejó de existir en la academia. Como respuesta a eso, en 1984 surgió un movimiento estudiantil llamado: Pro Dignificación de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Mientras tanto, las y los universitarios de entonces denunciaban la intervención directa del gobierno en los procesos democráticos de la institución al imponer como rector a Oscar Villegas Rico. Otros reclamos fueron los gastos excesivos en la campaña de Valeriano Valdés como candidato favorito de la autoridad para ocupar la rectoría, fraude en la elección, así como el uso frecuente de porros para intimidar alumnos.
Al movimiento estudiantil, rápidamente se integró la sociedad civil. Profesionistas, obreros, empresarios, incluso jóvenes de otras instituciones mostraron solidaridad. Los diarios registraban entre 15 y 20 mil personas durante un mitin realizado en Plaza de Armas. En la actualidad, distintos académicos e historiadores locales han mencionado que fue la movilización social más grande que ha tenido el Estado de Coahuila. No obstante ha sido un acontecimiento sepultado en la memoria colectiva por medios de comunicación y la propia dirigencia de la UA de C.
Ahora bien, quien manifieste la imposible coexistencia entre arcaicas costumbres y generaciones nuevas de dirigentes, se confunde. Los hechos de ayer siguen sucediendo con los universitarios de hoy. La UA de C ha tenido en distintas elecciones internas y no por casualidad, a un solo candidato a la rectoría. El ejemplo más reciente es Blas José Flores Dávila, el actual rector. Así, las dóciles autoridades estudiantiles exactamente igual que en 1984, han sido impuestas o apoyadas deliberadamente por el Gobierno Estatal. A esos académicos luego se les ofrendan cargos públicos. Es bien sabido que Autónoma, resultó ser palabra hueca colocada en el escudo de la Universidad Pública de Coahuila desde 1973.
¿Por qué el histórico interés del Gobierno por controlar la Universidad? Desde hace décadas los gobiernos se han dado cuenta del potencial colectivo que tiene la juventud como grupo social para informarse y movilizarse en poco tiempo. La capacidad de conciencia crítica que pueden alcanzar y en ese sentido legítimamente protestar frente a injusticias políticas, económicas o sociales. Hay ejemplos de movimientos estudiantiles a lo largo de la Historia de México: 1968 DF, 1984 Coahuila, 1999 UNAM, el #YoSoy132 en 2012 o #43 de Ayotzinapa en 2014, estos últimos además de tener eco nacional, surgen como un fenómeno de movilización en red utilizando nuevas herramientas tecnológicas.
Por ello, no solo se impone rectores y directores, sino que además se les encarga evitar que la comunidad estudiantil manifieste su espíritu libre y revolucionario manteniéndoles alejados de realidades sociales. Por eso gobiernos les temen. Y es que organizados no son pocos los estudiantes en Coahuila. Únicamente la UA de C suma 40 mil almas. Si agregamos las principales universidades del Estado, el número se triplica. Así, el sector escolar es quien se ha enfrentado a un acoso gubernamental histórico. Definitivamente en tiempos de campañas electorales resulta fundamental incluir en la agenda de candidatos a los jóvenes y sus problemáticas.
Conviene subrayar que en Coahuila la cuarta parte de la población son jóvenes: 700 mil personas. Y aunque no todas son estudiantes, este sector de la población representa el 30% de la lista nominal. Las personas de entre 18 y 19 años, prácticamente votantes nuevos, suman 105, 244 electores para este año. Para tener una referencia de la magnitud, la elección de Gobernador del Estado se ganó en 2012 con 721 mil votos. La Alcaldía de Saltillo en 2013 se obtuvo con 111 mil votos. Un candidato a Diputado Federal en 2015 ganó con tan solo 51 mil votos.
Como vemos, solo por cantidad las y los jóvenes son un grupo social fundamental para la democracia de nuestro Estado. Podría la juventud decidir o por lo menos influir significativamente en la elección del 4 de junio si lo quisieran. Debemos tener claro que en el pasado hubo generaciones que solo dejaron huella en la credencial para votar, quizá hoy sea un buen momento para que una nueva generación de estudiantes coahuilenses informados, una que se subleva expulsando directores corruptos y faltos de transparencia con sus dineros, haga un llamado a quienes aspiran a gobernar el Estado con la clara petición de Fuera el Gobierno de la UA de C, para reivindicar así la dignidad universitaria tanto como la propia. ¡Estudiantes, uníos!
@JuanDávilaTovar