Hasta al bote puede ir a parar Trump

Politicón
/ 8 noviembre 2020

Trump falseó durante 7 años y medio las declaraciones de sus empresas en Estados Unidos

El fuero constitucional lo ha salvado hasta ahora y está prendido de esa figura caduca y nefasta que protege a los presidentes y legisladores de todo el mundo.

Les platico: Trump falseó durante 7 años y medio las declaraciones de sus empresas en Estados Unidos.
Tiene procesos pendientes que aplican a la figura de extranjeros con operaciones en EU, porque él es dueño de diferentes porcentajes de empresas que están registradas en Panamá, Barbados, Islas Caimán, Vírgenes y otras africanas.

Cuatro meses antes de las elecciones que ganó en 2016, sus abogados del despacho TR & Stewart Ltd., con oficinas en el tercer piso del 67 de la neoyorquina Fifht Avenue, interpusieron un recurso de revisión a la demanda que el IRS (el equivalente en México del otro temible y hoy terrorista SAT) entabló y ganó contra el -en ese entonces- candidato republicano a la presidencia.

El IRS -que sigue comandando el tándem “Murray-Simpson” de ascendencia netamente demócrata, había ganado en dos instancias la demanda interpuesta, habiéndoles valido madres que la víctima fuera un notable republicano que buscaba ser presidente del país más “democrático” del mundo.

Estos ojos que serán freídos en los hornos crematorios -espero que en un lejano día- vieron la orden de embargo de la mismita Torre Trump de NY, como garantía para exigirle a las empresas de Donald la friolera de -léanlo bien- $145 millones de dólares por concepto de pagos omitidos de impuestos, recargos, actualizaciones y la temible figura fiscal de costes judiciales.

Los abogados de TR & Stewart no quisieron jugársela a que su cliente ganara las elecciones e interpusieron el recurso de revisión, pero todo se detuvo el 20 de enero de 2017, apenas POTUS asumió como presidente y así siguen las cosas hasta ahora, en lo que los gringos llaman “hold”, que para nada significa que está cerrado el asunto.

De una muy buena fuente en el círculo cercano a la campaña de Biden, me enteré hoy en la madrugada de que las armas fiscales contra Trump están siendo afiladas.

No hay para nada un afán de venganza, se trata de uno de los puntos torales en el discurso de Biden, que le ganó el voto de millones de norteamericanos: que se aplique la ley contra quien la infrinja, no importa cómo se llame ni que tan poderoso sea económica o políticamente.

Trump recibe $400,000 dólares de sueldo anual como presidente, antes de impuestos, que para nada le servirán para pagar la endemoniada multa que tendría que cubrir si quiere evadir el bote que las huestes de Biden le están tendiendo.

CAJÓN DE SASTRE

“In the mother”, exclama la irreverente de mi Gaby, aún desde su frío y pacífico reducto en R14.

placido@detona.com

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