La forma y el fondo de los salarios mínimos
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El salario mínimo fue establecido por primera vez en Australia y Nueva Zelanda, en el Siglo 19, y de manera general tendríamos que decir que es la cantidad de dinero que un trabajador recibe por el trabajo realizado durante un cierto tiempo en un lugar determinado.
De la forma. En México desde 1963 se optó por el modelo de salarios mínimos y profesionales, que consiste en la menor remuneración que percibe un trabajador por su trabajo en un contrato individual o colectivo, y es la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), quien se encarga de justificar y designar los salarios. La liturgia anual, que se dio el pasado 18 de diciembre, determinó un alza del 16 por ciento en relación con el año pasado donde el incremento fue del 4.2 por ciento; es decir, de 88.36 pasamos a 102.68 pesos diarios.
Como decíamos en la anterior entrega, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) marca que un trabajador que vive en los países adheridos a la misma debe de ganar un salario por hora de 15 dólares. México es miembro de la OIT desde 1931.
En datos de la Perspectiva de Empleo 2018, publicada el 4 de julio del mismo año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Noruega el salario por hora se encuentra en 28 euros; es decir, 610.12 pesos mexicanos. En Suecia, la hora se paga en 20.75 euros (sólo trabajan de lunes a jueves y 6 horas), 452.14 pesos; en Estados Unidos en 7.25 dólares, en Argentina en 1.9 euros y en España 3.6 euros la hora. El tipo de cambio del peso en relación con el euro es de 21.79. Como comentario, la OCDE en 2018 sigue colocando a los trabajadores mexicanos como los peor pagados de los países miembros. Así las cosas.
Para que se dé una idea, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC, 2018), que analiza el movimiento de la Canasta Básica en México, determina que la inflación en 2018, comparada con 2017, ha tenido un aumento del 4.81 por ciento, elevando la misma al 63.1 por ciento en relación con ese año. Sin lugar a dudas, el detonador más importante del alza en los precios de los productos básicos es el costo de la gasolina, que en 2018 en datos del Instituto Nacional de Estadística (Inegi) aumentó un 13.7 por ciento en comparación con 2017.
Por eso la búsqueda de mejores condiciones de vida, buscando el american dream por una parte, y por la otra, los empleos informales. La razón es simple: a la gente no le alcanza y con esta nueva alza, aunque sea la mayor en los últimos 25 años, seguirá sin alcanzarle. Hasta aquí la forma.
El fondo. En razón de la dignidad que posee el ser humano, el salario debe estar por encima del sentido pecuniario del concepto, y todavía más allá, de un simple pago por el trabajo realizado. De los artículos del 22 al 27 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) aparecen los derechos políticos, económicos y sociales, donde se declara que el ser humano tiene derecho al trabajo en condiciones de equidad y de respeto a su dignidad. El reflejo de la DUDH es nuestra Carta Magna que en el artículo 123 determina el carácter que debe de tener la remuneración y donde no sólo se habla del trabajador sino de los que dependen de él.
Otro elemento que se encuentra en el trasfondo de los salarios lo representa la idea de brindar oportunidades para que los individuos se autorealicen para que desarrollen su personalidad y, por supuesto, para aumentar la autoestima, porque quien recibe un salario digno supone un aumento en las expectativas de progreso familiar y social.
Finalmente, es fundamental que gobierno, sindicatos y empresarios caigan en la cuenta que las necesidades de un trabajador no dependen de su aporte a los procesos de producción, sino de su pertenencia a una sociedad en particular.
El salario es un tema económico por su naturaleza, pero tiene una liga íntima con lo social, por la dignidad y autonomía de la que es poseedor el ser humano. En un país como el nuestro, donde la volatilidad del sistema es la característica esencial, 102.68 pesos diarios seguirán siendo insuficiente.
fjesusb@tec.mx