La Hidra de cabezas infinitas
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No te desgastes haciendo cuentas: la megadeuda de Coahuila, sobra decirlo, es un triste pozo sin fondo.
Ese lastre, que seguirá comprometiendo la calidad de vida de generaciones de coahuilenses, es como la mitológica Hidra de Lerna, aquella criatura policéfala en forma de serpiente a la que le crecían dos cabezas por cada una que le era cercenada.
Según la leyenda, Hércules logró vencerla en la segunda de sus doce pruebas. Sin embargo y por desgracia, la abyecta historia que aquí relatamos (y de la que somos también taciturnos protagonistas) no tiene nada de heroicidad ni fantasía.
Y si te he pedido que no hagas cuentas es sólo para evitarte la fatiga. Te lo digo rápido: para saldar la eterna deuda coahuilense van a hacer falta, por lo menos, los siguientes seis sexenios.
Claro, eso siempre y cuando a la hidra no le crezca otra cabeza, pero ténganlo por seguro: en el transcurso de ese tiempo le habrán crecido miles. Para este 2021, Coahuila ejercerá un presupuesto de 52 mil 675 millones de pesos.
Y como hay historias que nunca cambian, una buena tajada de ese dinero que sale de nuestros bolsillos se destinará a cubrir la nómina estatal.
Así ocurre cada año y, en este, el porcentaje para tal rubro será del 33 por ciento, es decir: 17 mil 409 millones de pesos, o sea, 123 millones más que el año pasado.
Y ya que hablamos del año pasado, de ese deleznable 2020 que la humanidad quisiera ya enterrar de una buena vez y para siempre, recordemos que el presupuesto aprobado había sido de 49 mil 746 millones de pesos con un monto para inversión pública que, hasta ahora, es el más bajo de los últimos 8 años: 2 mil 051 millones de pesos.
Y es en este último punto, de todo el tedioso carrusel de números, donde se empieza a sentir que cala el problemón que tenemos encima: las obras de infraestructura, los visionarios proyectos que elevarán la competitividad del territorio, la dotación y mejora de los servicios públicos que la gente merece y necesita, en fin, todo aquello que contribuya a alumbrar y dignificar en algo a este calvero ennegrecido, pareciera que no existen en la dimensión coahuilense.
Este año, para no variar, la inversión pública tendrá un monto inferior al destinado al pago de la deuda: 3 mil 405 millones de pesos contra 3 mil 748. “Es algo incongruente porque la deuda se contrata justamente para generar obra pública, ¿cómo es posible que se gaste más en deuda que en obra?”, es lo que apunta el economista Luis Alfredo Medina, director de Investigación del Observatorio de La Laguna, con quien en estos días conversé sobre estos laberínticos asuntos. Y es que el organismo, en su análisis del presupuesto estatal para este “veinte-veintiuno”, señala que de esos 3 mil 748 millones de pesos que se abonarán a la deuda, tan sólo el 2 por ciento irá a capital, un 8 por ciento será para cubrir adeudos fiscales, el 33 por ciento irá al costo por coberturas y, vaya novedad, la tajada más grande, un 57 por ciento este año, se destinará al pago de intereses.
Por eso el megaendeudamiento de Coahuila, que hace una década era de 36 mil millones de pesos, hoy es de más de 42 mil millones. Abonar a la deuda de Coahuila es como querer vaciar una alberca a cubetazos en medio de un aguacero interminable. Por eso, ante esa hidra de cabezas infinitas, más que hacer cuentas hay que exigirlas.
Entró una nueva legislatura estatal que, por la proporción de sus colores partidistas, es fácil intuir que poco y nada logrará en función de alcanzar esa quimera en que se ha convertido la justicia ante este quebranto que se añeja. Es además año electoral, tú ya identificaste a algunos de los personajes que próximamente te estarán pidiendo el voto o a los que te lo pidieron el año pasado y sabes que no pocos de ellos han sido cómplices o alcahuetes de esto que parece ser una condena. Es un año cargado de retos. Que uno de ellos sea abonar al fortalecimiento de las trincheras ciudadanas, porque es de ahí de donde pueden venir las soluciones.
@manuserrato
Manuel Serrato
PRÓXIMA ESTACIÓN