Las circunstancias
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El problema de las frases que llaman “célebres” es la descontextualización. El contexto, desde el análisis de las formas, es el ambiente vital. Todo aquello que gira alrededor de una situación determinada, en concreto, las circunstancias. En ese sentido, sacar de contexto es hacer una interpretación personal y acomodaticia de los textos. Históricamente ha sido así, por eso decimos “si el autor tal volviera a nacer, se moriría”, porque no fue lo que quiso decir, su contexto era distinto. Así, para saber lo que realmente quiso decir un autor, hay que conocer siempre el contexto.
En esta ocasión quiero referirme a la frase “Soy yo y mis circunstancias” que ordinariamente citamos con mucha ligereza y que pertenece a José Ortega y Gasset –quien es una persona, nos dos como a veces se piensa–. La frase aparece en el libro “Meditaciones del Quijote”, firmado en 1914 bajo un contexto determinado, como todo.
Ortega y Gasset vive de cerca la Primera Guerra Mundial, justo parte del contexto de la obra citada, que visualiza como el quiebre con los ideales de la Ilustración. Afirma el raciovitalismo, aunque antes de él ya se había hablado de la Filosofía Vitalista, esta es otra clave de interpretación para entender la frase. Al tiempo realiza uno de sus textos clave “La Rebelión de las Masas” (1930), donde se opone a la dictadura de Primo de Rivera.
Su familia es acomodada y son dueños de un periódico intelectual de la época “El Imparcial”, de ahí la vena intelectual desde niño. Su padre era el director del periódico. Por el contexto en el que vivía desde muy joven entendía el ambiente intelectual y político de España, de ese momento, a parte de un conocimiento profundo de la cultura alemana, donde había estudiado posterior a 1905 y tiempo en que abraza el neokantismo, movimiento contrario al subjetivismo hegeliano que tiene como característica principal volver al criticismo de Kant.
Antes del “Yo y mis circunstancias” acuña el concepto del “Yo ejecutivo”, que se basa en el análisis fenomenológico de Husserl (el fenómeno, es lo que aparece); son sus primeros pasos hacia el vitalismo que afirma la existencia del hombre en el mundo, no aislado y solitario. En síntesis, las ideas de Ortega y Gasset son ideas políticas, ideas de un hombre preocupado por la realidad que vive un país, donde las circunstancias para las libertades de muchos son desfavorables, donde priva una dictadura que como todas son castrantes. Las circunstancias de Ortega son las suyas, no las tuyas.
La frase se ha interpretado desde ahí solamente, desde lo que le pasa al individuo, desde lo que le ocurre y las circunstancias en las que le ocurre, haciendo de la afirmación de Ortega y Gasset una frase mezquina y egoísta, sin embargo, ¿sabías que está completamente descontextualizada? La frase completa debería de ser: “Soy yo y mis circunstancias, sino la salvo a ella, no me salvo a mí”.
Para hacer una interpretación correcta debemos comenzar a preguntarnos: ¿Cuáles son mis circunstancias? ¿Qué es lo que me rodea? ¿Cómo es mi realidad y cómo es la realidad de los demás? ¿Cómo es mi realidad familiar, local o nacional? En el pensamiento de Ortega y Gasset no se puede separar la realidad en la que vivimos del “yo”. La siguiente parte es: “si no la salvo a ella, no me salvo a mí”. Esa es la frase completa. ¿Ves la diferencia? ¿A ti qué te circunda? Es decir, ¿cuáles son tus circunstancias? ¿Qué es lo que te rodea? ¿Qué tienes que salvar?
No olvidemos que el cuidado de cada uno de nosotros, de manera personal y del entorno en el que vivimos, es una obligación moral que tenemos todos los seres humanos. No le saquemos la vuelta al deber ser: en la medida que me ocupo de mí mismo, me ocupo de los demás y, por supuesto, del mundo. Salvar las circunstancias, por tanto, es una premisa moral. En ese sentido, todos debemos de sentirnos responsables de lo que ocurre en nuestro entorno.
A todos nos circunda un país que cayó en desgracia desde los años setenta, se fue recrudeciendo la realidad hasta llegar a la situación y circunstancias que hoy experimentamos. Nos ha afectado en nuestras familias, en nuestras colonias y en nuestras ciudades. Efectivamente, somos nosotros y esas circunstancias.
Nos circunda la desigualdad, la pobreza, la inseguridad, la corrupción, entre tantas situaciones y taras sociales que vivimos y que nos parecen tan ordinarias. Nuestro País ya no aguanta tanto. O salvamos la realidad sí o sí, independientemente de nuestras filias y fobias partidistas, ideológicas, religiosas o de intereses. De una vez por todas agreguemos la segunda parte de la frase, porque si no salvamos las circunstancias difícilmente podremos salvarnos como sociedad, esa es la realidad.
fjesusb@tec.mx