Las maletas distractoras de Lozoya

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Llegarán con él llenas de petardos que apenas truenen, mantendrán entretenidos a los solovinos de barriada que con ansias demudadas esperan la tan publicitada extradición del ex director de Pemex. Les platico: Los nombres que Emilio sacará de su chistera serán solo segundones que no tocarán ni con el pétalo de una averiguación a los verdaderos culpables del desastre de la petrolera mexicana, la más ineficiente y endeudada de todas las de su tipo a nivel mundial.
Los José Antonio González Anaya, los Carlos Alberto Treviño Medina y sus jefes podrán seguir durmiendo tranquilos -por ahora- en sus retiros de oro que fueron negociados antes de las elecciones de 2018 por los que llegaban de Morena y los del PRI que se iban.
De todos modos, cada uno de ellos y sus jefes tienen una maleta al pie de sus recámaras lista para emprender la huida, por si el diablo mete la cola por la rendijita.
Los arreglos se dieron desde finales de 2017, cuando solo los ilusos y recién nacidos ignoraban que López Obrador sería el ganón del voto de castigo de 30 millones de mexicanos contra las corruptelas del PRI y del PAN.
Los despistados que están esperando que la guadaña vengativa del dueño de Morena se desplome sobre Peña Nieto, Videgaray y Meade, pueden irse sentando pues sus salvoconductos formaron parte del arreglo para que la poderosa maquinaria del PRI -la misma que por órdenes de Bartlett tumbó el sistema para arrebatarle el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas hace 32 años- dejara fluir las aguas para que MALO fuera presidente en su 3er intento.
La 4T ganó porque quiso el PRI y el precio que se negoció lo vemos desde que el Palacio Nacional alberga al poder republicano presidencial: Nadie toca a EPN, ni a Videgaray ni a Meade, ni los tocará, como dijo don Teofilito.
Entonces, ¿por qué la llegada de Lozoya está en el discurso del presidente desde ayer? Porque a los desaciertos de su gobierno en materia económica, seguridad y salud, les urge un nuevo distractor.
Lozoya lo es en el pico de muertes de mexicanos por la pandemia, como lo fue la aprehensión de César Duarte en pleno viaje de López Obrador a Washington, y la de Genaro García Luna el 10 de diciembre de 2019, cuando se anunció que el crecimiento de la economía mexicana estaba en ceros.
Es el modus operandi de la 4T y a las críticas por ello, el jefe de Morena responde con descalificaciones.
Está en su derecho, como también lo están sus detractores. Vivimos una democracia y ahora se aguantan los unos y los otros.
Incluso el presidente tiene la prerrogativa, y bien que la usa, de desviar la atención de los temas torales -otra vez- salud, seguridad y economía- para darle al pueblo el pan y el circo de la extradición de Lozoya y las detenciones de Duarte y García Luna.
El problema es que medio México se la come enterita y ahí nos tiene engatusados, viendo el radar del avión de la Fuerza Aérea Mexicana que fue por Lozoya y leyendo hasta el atragante todo cuanto se dice sobre ese bandolero de cuello nejo, porque perdió su blancura en el bote madrileño que compartió con su cómplice Alonso Ancira.
Mientras los espacios cibernéticos y de uno que otro papel se llenan con las andanzas de Lozoya en su trajinar por juzgados y cárceles preventivas con aire acondicionado…
1.- La pandemia seguirá cobrando vidas, empresas y fuentes de trabajo en medio del caos generado por López Gatell.
2.- La fuga del capital extranjero -$50,000 millones de dólares- seguirá poniendo a México cada vez más cerca de perder su grado de inversión, según Forbes y la calificadora JP Morgan.
3.- Este primer año y medio de gobierno será el más violento del siglo, merced a los 53,000 asesinatos que van desde que la 4T tomó el poder.
CAJÓN DE SASTRE
“¿Quieren más o les guiso un huevo?”, dice la irreverente de mi Gaby.