Lo que Finanzas no ha explicado, ni explicará, sobre la deuda renegociada de Coahuila
COMPARTIR
TEMAS
Al grano: renegociar por tercera vez la deuda pública de Coahuila nos costó 339 millones 445 mil pesos.
La cifra, justo es decirlo, surge de comparar el saldo al 31 de octubre con el saldo al 30 de noviembre de 2018, presentado por la Secretaría de Finanzas al Congreso del Estado. De un mes a otro, periodo en que se cerró el trato con Multiva, Banobras y Banorte, nuestros nuevos acreedores, aumentó la cantidad arriba mencionada.
Cabe señalar que los 27 contratos celebrados originalmente, además de pasivos contingentes, empréstitos y otras obligaciones, disminuyeron a 23 con la primera reestructura en 2011; luego estos fueron reducidos a 11, en 2015, y finalmente a cinco este año. Considerablemente ha bajado el número de documentos pero no el monto a pagar. Quizá se vea menos voluminoso el pasivo bancario directo aunque pesa lo mismo. Pasamos, pues, de adeudar kilos de plumas a deber kilos de plomo en siete años.
Ahora bien, de los 36 mil 559 millones 700 mil pesos que fueron renegociados en total hace unos días, una bolsa de 448 millones 416 mil 779 pesos se usó para la “integración del Saldo Objetivo del Fondo de Reserva”.
Tal vez el concepto no le diga mucho, sin embargo se trata de un asunto medular. Me explico.
Recordará que un mes antes de terminar el mandato de Rubén Moreira el Fideicomiso que sirve como garantía para la deuda pública fue vaciado. Dos terceras partes del Fondo de Reserva, equivalentes a 513 millones 480 mil pesos, desaparecieron.
La calificadora Fitch Ratings reveló que cuatro bancos “otorgaron dispensas por única ocasión para realizar la disposición de aproximadamente 66 por ciento del Fondo de Reserva correspondiente a cada uno de sus financiamientos”. Por su parte HR Ratings identificó la misma situación: “entre noviembre y diciembre de 2017 el Estado obtuvo la dispensa de cuatro instituciones bancarias (Banobras, Banorte, Interacciones y Multiva) para liberar el Fondo de Reserva de los créditos. De acuerdo con la información proporcionada, se solicitó debido a las necesidades de liquidez que se presentaron al cierre del ejercicio”.
Sin embargo no consta en la Cuenta Pública 2017 del Gobierno del Estado un ingreso por esa cifra. Por el contrario, las finanzas de Coahuila quedaron tan comprometidas al final del sexenio que Miguel Riquelme solicitó un crédito por 980 millones de pesos el 7 de diciembre.
En este mismo espacio advertí también que la convocatoria SEFIN/SSIC/001/2018 para la reestructura, publicada el 30 de julio, mencionaba que “los recursos del financiamiento (hasta 37 mil millones) podrán utilizarse para la constitución de los fondos de reserva que se determinen” ya que, como novedad, cada nuevo contrato contará con una garantía de pago individual. Lo que no explica Finanzas es, si, entre todos, sustituyen al fondo único F/1163 con Banco Invex denominado “Fideicomiso irrevocable de administración y medio de pago” que data del 26 de junio de 2015.
¿Sirvió entonces ese dinero para tapar el agujero que dejó el ex Gobernador antes de concluir su gestión?
Reitero: el faltante a finales de 2017 fue de 513 millones; y el Fondo que se constituyó a finales de 2018 asciende a 448 millones. Demasiada coincidencia.
Por otra parte, revisando los cinco contratos firmados el 13 de noviembre pasado, figura un pago de 81 millones 449 mil 067 pesos en “gastos y costos asociados” a la celebración de los créditos. Y aunque nunca lo ha revelado Gobierno del Estado, su asesor fue “Chávez Vargas Abogados, S.C.” de la Ciudad de México. El único ganador del negocio.
Nada cambia, por lo demás. La administración estatal cerró el 2017 pidiendo un crédito, y cerró el 2018 reacomodando créditos. El resto, lo que pasó entre ambas fechas, es intrascendente.
CORTITA Y AL PIE
Quien esto escribe solicitó semanas atrás en dos ocasiones la misma información a la Secretaría de Finanzas: el pago de honorarios a quienes colaboraron en la reciente reestructura de la deuda, y el motivo de su contratación directa como prestadores de servicios.
Argumentando que todavía no terminaba la renegociación, la negativa llegó en una primera respuesta. La segunda ocasión a través de una comunicación escueta, encaminándome hacia un lugar donde sabían de antemano que sería imposible de ubicar lo que pedí, de la manera en que fue requerido.
Curiosamente, esta semana, el audio del micrófono que utilizó Blas Flores en el Congreso del Estado durante su comparecencia fue interrumpido mientras exponía ese tema. Pese a que nadie se enteró, no se repitieron los datos.
Esa es la transparencia en Coahuila.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Y por supuesto, ningún detalle de los aquí reseñados fue informado a los diputados el miércoles 12 de diciembre por el titular de Finanzas. Ni lo informará.
Esa es la rendición de cuentas en Coahuila.
@luiscarlosplata