Los eternos mantras del Presidente

Politicón
/ 24 febrero 2021

Parece que el mantra de los “otros datos” le funcionó esta vez al Presidente, al menos de forma parcial. Ese tan predecible y sobreexplotado conjuro con el que suele rebatir cualquier crítica y señalamiento que no vaya en la misma lógica que sus discursos, cobró algo de sentido (aunque también demasiadas suspicacias) cuando la Auditoría Superior de la Federación reconoció, después del respectivo reproche mañanero del mandatario, que cometió un error de cálculo al establecer que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México costará, al menos, 331 mil millones de pesos, cifra superior en un 231 por ciento a los 100 mil millones de pesos que había estimado el gobierno federal. Qué casualidad.

“Está mal, es exagerado. Si fuese así, pues entonces nos iba a costar el aeropuerto no 300 mil, sino 600 mil millones, el aeropuerto de Texcoco (...) Exageran. Y no sólo eso, están mal sus datos, yo tengo otros datos y se va a informar aquí y ojalá y lo hagan ellos”, había deplorado Andrés Manuel en la mañanera del lunes. Por la noche llegaría el inusual comunicado de la ASF reconociendo que hubo deficiencias metodológicas y, por ende, el dato estaba mal, pues consideraron indebidamente flujos de salida y bonos en circulación que ya se encuentran contemplados dentro del costo de la inversión ejercida. Habrá que esperar el nuevo dato ya corregido y a ver si ese sí coincide con los todavía crípticos, misteriosos y etéreos “otros datos” del Presidente.

Por lo pronto, lo que ocurrió el lunes no tiene precedentes. Ayer martes conversamos en radio con Manu Ureste, reportero de Animal Político y coautor del artículo “Proyectos estrella de AMLO están mal planeados, son poco rentables y opacos”. Para el periodista, esta situación es de una absoluta extrañeza: “En los años que llevo revisando informes de auditoría para trabajo periodístico, es la primera vez que, sin decir que se echaron para atrás, reconocen que se equivocaron tras lo dicho por el Presidente”. Y eso, señaló el investigador, por no hablar de las contradicciones de unos y otros con respecto a la presunta resistencia de la Secretaría de la Función Pública a que la ASF realizara su trabajo fiscalizador en la dependencia que encabeza la muy cuestionada Irma Eréndira Sandoval.

No sabemos todavía si esas deficiencias metodológicas reconocidas por la propia ASF signifiquen que hay otros datos erróneos a lo largo de su análisis de la Cuenta Pública 2019. Por un lado, resultaría increíble que sólo hubiera fallas en el dato específico que reprochó el Presidente. Pero, de haber más, entonces habría que poner en tela de juicio la totalidad del informe. Sin embargo, hay conclusiones que no sorprenden. En el artículo citado arriba se sustrae, por ejemplo, que el Tren Maya no sólo no es rentable, sino que además es una obra opaca que no se consultó con la población indígena y que tiene pendientes de aclarar al menos 156 millones de pesos; la refinería de Dos Bocas, además de estar en riesgo permanente de inundación, tiene perdidos 75 millones de pesos y se inició a construir sin estudios de impacto ambiental; y en lo que respecta al aeropuerto de Santa Lucía, todavía se desconoce si será viable o no.

Y el desorden de los programas sociales, bueno, de alguna manera era previsible tomando en cuenta que durante 2019 se echaron a andar sin reglas de operación. No sorprende entonces que en “Jóvenes Construyendo el Futuro” se hayan detectado registros de personas fallecidas o empresas fantasma; que para el programa “Sembrando Vida” ni siquiera se haya determinado la población objetivo y, por ende, estén en duda sus resultados; que las “Becas Benito Juárez” hayan presentado irregularidades por al menos 264 millones de pesos; que en el programa “Más 68” persista la desorganización y los retrasos en la entrega del beneficio. En fin.

Los otros eternos mantras que se han enarbolado para justificar el desaseo es, simplemente, que las cosas “ya no son como antes” y que los únicos tque se quejan del cambio son aquellos que han perdido privilegios. Sin embargo, defender tanta tropelía bajo el pretexto vacuo de que “se está transformando al país” es ya una necedad, es seguir exacerbando la peligrosa pira de la polarización y el divisionismo. Y a estas alturas, como que “ya chole” también con eso. Para un gobierno que se acerca a la mitad de su camino, es hora de que haya más resultados y menos demagogia, más acciones y menos palabrería, más estrategia y menos justificaciones.

PRÓXIMA ESTACIÓN
MANUEL SERRATO

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