Los niños muertos del IMSS
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Son ya 13 los niños muertos documentados en el IMSS de Culiacán. La razón: una infección con la bacteria klebsiella que infecta a individuos vulnerables como los neonatos. Hasta allí todo suena a mala suerte.
Pero la cosa cambia cuando nos enteramos que adquirieron la bacteria por las condiciones de insalubridad del hospital donde nacieron. Según diversos sitios especializados, lo más importante en el manejo de riesgo con esta bacteria es la prevención. De acuerdo con el sitio http://www.med.uchile.cl/2012/julio/7553-la-prevencion-es-clave-frente-a-klebsiella-pneumoniae-productora-de-kpc.html de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile:
“Las medidas de prevención son esenciales no solo para el control de Klebsiella… sino también para todas las bacterias intrahospitalarias… es imprescindible seguir las normas de precauciones estándares, como el lavado de manos, el uso de mascarillas, guantes, delantal, esterilización de los instrumentos, equipos y elementos invasivos con los cuales son tratados los pacientes, para evitar la transmisión de las bacterias hacia y entre los pacientes.”
Pues bien, al 29 de septiembre según una nota http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=1057636 de Noroeste, “las autoridades del IMSS en Sinaloa informaron que 16 niños y niñas recién nacidos fueron reubicados del área de cuneros después de ocurrir la muerte de 11 bebés, por posible infección provocada por una bacteria; días más tarde murió otro recién nacido y el viernes por la noche otra niña falleció en Guadalajara”. Sin embargo, en Noroeste tuvimos acceso a por lo menos cinco casos más de muertes provocadas por sepsis y choque séptico surgido de la bacteria.
Hasta ahora las autoridades se han mostrado apáticas y un equipo médico interno del IMSS, acompañado del actual delegado Adalberto Castro, determinaron que solo dos de los niños murieron por infección de la bacteria, mientras que el resto de las muertes obedeció a otros factores como nacimiento prematuro o condiciones débiles de salud en los recién nacidos.
Sobre eso, la iniciativa privada de Sinaloa exigió una investigación independiente para conocer las verdaderas razones de las muertes, asignar responsabilidades y definir sanciones.
Las madres de familia han negado el dictamen y se encuentran insatisfechas ante la falta de respuestas por parte las autoridades. Se habla incluso de la posibilidad de articular una defensa legal colectiva contra la institución.
Mientras tanto, al día dos de octubre eran ya seis las denuncias penales presentadas ante la Procuraduría de Justicia del Estado por el delito de homicidio culposo contra quien resulte responsable.
Lo cierto es que es un secreto a voces las penosas condiciones de higiene en que se encuentra la Clínica Regional No. 1 del IMSS en Culiacán y la falta de protocolos de limpieza.
En entrevista, una de las madres afectadas refirió con insistencia como el personal ingresaba al área de cuneros sin guantes ni ningún tipo de precaución. Otra de ellas se refirió al estado oxidado de los cuneros.
Al respecto surgen muchas preguntas: ¿quiénes son los responsables de la limpieza de los hospitales?, ¿el servicio de limpieza es privado o es parte de la estructura operativa del IMSS?, ¿lo subrogan?, ¿quién lo contrata?, ¿cuánto cuesta?, ¿cuáles son las condiciones de satisfacción?
Otra vez, las autoridades del Instituto se encuentran profundamente cuestionadas y señaladas por su irresponsabilidad y falta de sensibilidad con las víctimas. El Delegado Adalberto Castro tiene la responsabilidad de dar la cara y definir en qué momento del proceso se violaron los protocolos y quienes fueron los responsables.
Lo cierto es que se ve difícil cuando las malas prácticas son la constante y no la excepción. Las condiciones de salubridad de esta clínica y muchas más en el país son la inevitable consecuencia de la complejidad operativa del IMSS y de sus precarias condiciones financieras. Los intendentes son en su mayoría personal no capacitado que usa el puesto para ingresar el escalafón profesional del instituto y obtener una base más rápido según las condiciones del sindicato, es decir, no existe ningún tipo de profesionalización en ese rubro.
Los 13 niños muertos en Culiacán ponen el acento en la urgencia que tiene el Gobierno Federal para atender la situación financiera del IMSS y su relación con el Sindicato. La principal institución de seguridad social de México no puede resignarse a la quiebra financiera ni al colapso operativo, sólo porque sus líderes no son capaces de tomar las decisiones difíciles.
Pero sobre todo, el IMSS y su delegado en Sinaloa Adalberto Castro, están obligados a hablar con verdad ante los ciudadanos y empresarios que pagan sus servicios y merecen calidad en los mismos. Están obligados a asumir las consecuencias de su función pública y a construir confianza con los ciudadanos.
El primer paso es aceptar la situación: 13 niños muertos son por mucho un problema grave y doloroso, no una estadística. En congruencia, deben permitir que un grupo experto externo analice el caso y emita sus conclusiones.
De no hacerlo, sacrificarán su escasa credibilidad junto con la de la institución entera.
El IMSS ha sido durante mucho tiempo un espacio donde los mexicanos encontraron respuesta a sus problemas de salud. El actual sistema lo está llevando del lado contrario: es ahora un lugar para encontrar problemas y hasta la muerte. No podemos permitirlo.