Matemático humanista

Politicón
/ 2 febrero 2018

La Universidad Autónoma de Coahuila se está renovando. Que buena noticia.

Para estar en correspondencia con los nuevos tiempos que vive el Estado, nuestra máxima Casa de Estudios, una de las instituciones claves en el acelerado desarrollo coahuilense de las últimas seis décadas, por lo menos, ha iniciado un proceso de cambio que se advierte desde el proceso mismo para renovar su rectorado.

Salvador Hernández Veléz es un matemático humanista, un hombre instruido en la ciencia y en su conocimiento y difusión. Una persona sensible a la realidad socioeconómica, a los problemas que origina la marginación y la desigualdad, así como a la sensibilidad de la evolución y problemática que sensibiliza a los sectores dirigentes y emergentes.

La convocatoria para elegir nuevo rector de la UA deC, estuvo precedida de meses de intenso diálogo interno entre los universitarios con el objetivo de alcanzar una renovación sin sobresaltos, que pudiera relanzar a la Universidad a una nueva etapa de desarrollo.

Se construyó una candidatura consensada entre los diferentes grupos y corrientes. Termina un periodo de prioridad en la estabilidad, pero también con avances sustantivos en la certificación de la calidad educativa, así como en la modernización de infraestructura y equipamiento. 

Nuestra Universidad es una universidad sana. Más abierta al mundo gracias a convenios y acuerdos, así como más vinculada a la comunidad en lo general y más cercana al aparato productivo.

Pero el entorno y las exigencias en lo educativo, y particularmente en la enseñanza superior, se requiere de una visión universal que renueve la manera de entender, dirigir, orientar y administrar una universidad estatal del tamaño y el impacto social que tiene la nuestra.

Lo vertiginoso de la tecnología en nuestros días, con un mundo y una comunidad comunicada instantáneamente todo el día, todos los días, requiere también de replantearnos la manera de entender el enfoque social de la universidad pública.

Replantearnos la alianza indisoluble que hoy debe prevalecer entre el ciudadano, en lo colectivo y lo individual con su universidad. 

El proceso evolutivo se acelera cuando el perfil en la conducción de las grandes instituciones educativas se renueva desde la pluralidad de elementos y factores.
Sacudir el manzano permite visualizar mejor la fortaleza de su tronco, sus ramos y sus hojas. Y descubrir también que es lo que requiere para poder mejorar la calidad de sus frutos.

Los universitarios siempre estamos hablando de las otras épocas de nuestra Alma Mater. Siempre anteponiendo en la nostalgia y el recuerdo un prejuicio casi infaltable, de que todo tiempo pasado fue mejor.Lo cual evidentemente no es cierto.

Nuestra Universidad tendrá que seguir adaptándose para correr a la par de los tiempos cambiantes que nos demandan una modernización permanente. 

El Siglo 21 demanda de una gran apertura de criterios, de mentes actualizadas, de mentalidades comprometidas con la transformación constante.

El reto enfrentará el virtual próximo Rector será el de mantener la concordia y la armonía en todos los ámbitos y microcosmos que conforman la universidad, pero sobre todo, seguir construyendo, responsabilidad inacabable, la certeza entre los coahuilenses, de que con logros concretos, con avances firmes, con avances probados, nuestra Universidad Autónoma de Coahuila siga siendo una institución de orgullo, en la que la juventud estudiosa de la entidad, siga encontrando el espacio y más espacios, para desarrollar su talento, su humanismo y su capacidad científica. Suerte Salvador.

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