Piedras Negras: en riesgo de colapso por migrantes
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No es la primera ocasión en la cual se reporta que la ciudad de Piedras Negras se encuentra en riesgo de colapsar debido al arribo masivo de migrantes, provenientes de otros países, que pretenden ingresar a Estados Unidos a través de esta frontera.
Los migrantes –centroamericanos y africanos, fundamentalmente– buscan obtener asilo en el vecino País a partir de las reglas del derecho internacional que permiten a los ciudadanos del mundo ser socorridos por las naciones democráticas porque sus vidas corren peligro en sus países de origen.
El Gobierno de la República ha dicho al respecto que no va a impedir que las caravanas de migrantes organizadas en Centroamérica ingresen a territorio nacional, ni va a desplegar ninguna estrategia para disuadir a sus integrantes de atravesar el territorio nacional en su propósito de llegar a la frontera con nuestro vecino del norte.
El presidente López Obrador ha dicho incluso, que debido a la política de generación de empleos que su administración está impulsando, los migrantes centroamericanos podrán instalarse en México y obtener un trabajo que les permita sostener a sus familias.
Pero mientras los discursos se convierten en hechos, lo cierto es que las oleadas de migrantes siguen llegando a la frontera y que Piedras Negras padece de las consecuencias que ello implica.
En las últimas horas ha llegado a dicha ciudad un nuevo contingente integrado por alrededor de mil 700 ciudadanos centroamericanos que, al igual que sus predecesores, pretenden ser atendidos por los oficiales de inmigración de Estados Unidos a fin de iniciar el trámite de asilo.
Todo mundo sabe, sin embargo, que el gobierno de Donald Trump ha tomado la decisión de ni siquiera entrevistarles, razón por la cual, a menos que decidan ingresar de forma ilegal a territorio estadounidense, la frontera mexicana es el punto final de su travesía.
Las autoridades nigropetenses han dicho, en voz de su alcalde Claudio Bres, que la ciudad tiene una limitada capacidad para atenderles y ha sugerido que intenten con las autoridades migratorias de los Estados Unidos en los puntos fronterizos de Tamaulipas.
Entre tanto, los gobiernos estatal y municipal han dispuestos lo necesario para ofrecer ayuda humanitaria a los migrantes, instalando albergues que les permitan contar con un lugar donde permanecer en tanto se resuelve su situación legal.
Sin embargo, la realidad obliga a ser honestos y hacerse cargo de la situación: el gobierno de Estados Unidos no tiene ninguna prisa por atender a los migrantes y, en el momento que lo haga, no será para abrirles la puerta y permitirles ingresar a su territorio.
Debido a ello, el Gobierno de la República tendría que hacer mucho más que simplemente emitir declaraciones en el sentido de que actuará de forma distinta a como lo hicieron sus predecesores, y destinar los recursos necesarios para que el creciente arribo de migrantes a nuestras ciudades fronterizas no se convierta en una crisis que las gestiones municipales no puedan administrar.