¿Por qué mi hijo no pregunta?

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La semana pasada una mamá me preguntó: “Maestro, ¿por qué mi hijo de 9 años no pregunta en clase?” La respuesta no es simple, pero muchos niños no quieren preguntar porque sus compañeros pueden pensar que son “tontos”. Hasta los mismos adultos no podemos pedir ayudar porque nos hace sentir vulnerables. ¿Cuántos de nosotros nos perdemos y no preguntamos por direcciones? Muchas veces nos hace sentir incompetentes. Un artículo publicado por la revista MIND de Scientific American, en este mes de febrero, menciona que nuevas investigaciones afirman que nuestros hijos no buscan ayuda en la escuela por la misma razón que muchos adultos no lo hacen. El artículo menciona que los niños a partir de los 9 años empiezan a preocuparse de su reputación y cómo piensan sus compañeros de ellos. Muchos tienen miedo de hacer preguntas “tontas” y que los demás ya la sepan. Entonces, prefieren no entender al maestro y tener problemas de aprendizaje que mostrarse que son ignorantes ante los demás.
Nuestros hijos presentan una gran ansiedad ante la opinión de los demás. Su reputación, verse incompetentes y poco populares ante los ojos de sus amigos y compañeros ocasiona baja autoestima e inseguridad y buscan a toda costa cumplir con las expectativas de los demás.
Si nuestro hijo tiene miedo de pedir ayuda al maestro cuando sus compañeros lo escuchan, su aprendizaje se verá mermado. A partir de los 9 años, los niños que desean parecer inteligentes hacen menos preguntas que los niños que no les importa lo que piensen sus amigos. Algo parecido pasa en mis clases de universidad. Al terminar la clase, hay muchos alumnos que se esperan para hacerme preguntas y al cuestionarlos por qué no las iniciaron durante la sesión, me responden: “Maestro, es que quiero parecer ‘tonta’ ya que los demás si lo entienden.” Y mi respuesta siempre es: “Si tú tienes una duda, muy probablemente otra persona la tenga. Hazla y no tengas miedo”. Debemos enseñar a nuestros hijos que, si deseamos ser mejores, tenemos que trabajar duro, aceptar los retos y hacer preguntas. Sin embargo, todos estos esfuerzos son muy difíciles de lograr si alguien está preocupado lo que piensan los demás.
Hay que luchar contra las creencias erróneas de nuestros hijos y reforzar en ellos el proverbio chino que dice: “La persona que pregunta es ignorante por 5 minutos, pero el que no pregunta siempre lo será”. Muchos ignorantes desean aparentar lo que saben y no preguntan, pero los sabios preguntan y por ello saben. Albert Einstein, el gran físico alemán, un día dijo: “Todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas”. No tengamos miedo de preguntar y mostrar nuestra ignorancia ya que este es el primer paso para aprender y ser mejores. Hay muchas personas tienen miedo de hacer alguna pregunta para no evidenciar la ignorancia de los demás y dicen: “Por supuesto que saben los siguiente...” ¿Por qué existe miedo de expresar nuestra ignorancia?” Reconocer nuestra ignorancia y hacer preguntas es un sinónimo de sabiduría y manifestación de valentía para enfrentar cualquier desafío y ante cualquier duda preguntando lograremos cualquier sueño.