¡Protejan a la Pinal, por piedad!
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“El grotesco abuso y la falta de respeto a los que fue sometida una personalidad de la categoría de Silvia Pinal es indignante”
1.- En el estado de Sonora, allá por 1930, nació alguien que habría de convertirse en una de las figuras más trascendentes de los espectáculos en México. Después de debutar en teatro, y haber hecho algo de radio y cine, en 1950 tuvo un pequeño papel en la cinta Azahares para mi boda junto a grandes estrellas de la época como Fernando, Domingo y Andrés Soler, Joaquín Pardavé, Sara García, Marga López y el joven debutante Joaquín Cordero.
2.- En esa película, y con tan sólo 20 años de edad, la joven de la que hablo aparece solamente en los últimos 10 minutos de la historia, como una bocanada de aire fresco, interpretando a una “muchacha feliz, moderna y despreocupada” a quien los adultos tratan –sin éxito– de “domar” según los estándares de aquella lejana y conservadora época. Esa jovencita rubia, encantadora y rebosante de talento era la mismísima Silvia Pinal.
3.- Setenta y dos años después de haber filmado aquella película, que forma parte de la lista de los éxitos más consagrados de la Época de Oro del cine nacional, Silvia Pinal sigue viva y ocupando los titulares de todos los medios de comunicación del país. Ella forjó una impresionante carrera, en la que incluso trabajó con el legendario director Luis Buñuel, impulsó el teatro musical en México e hizo una sólida presencia en televisión.
4.- Además, es matriarca de una familia de grandes celebridades (algunas más internacionales que otras) entre quienes destacan Alejandra Guzmán, Sylvia Pasquel, Stephanie Salas y Michelle Salas, entre otras. La vida de Silvia Pinal está tan llena de capítulos legendarios y de personalidades tan brillantes y famosas, que quedó plasmada en una serie producida con muy alto presupuesto en 2019 y con la que alcanzó niveles de audiencia espectaculares.
5.- Viviendo en semiretiro, desde un poco antes de la pandemia, en su famosa mansión del Pedregal en la Ciudad de México, Silvia Pinal acaba de escribir un nuevo y oscuro capítulo en su luminosa biografía, el cual muchos hubieran preferido no presenciar. Resulta que el productor Iván Cochegrus en colaboración con el actor Carlos Ignacio convencieron a la Pinal, de 91 años de edad, de “actuar” en el musical “Caperucita ¿qué onda con tu abuelita?”.
6.- Pero todo resultó un estrepitoso fracaso. Sólo 10 días después del estreno, la obra tuvo que ser cancelada porque Silvia Pinal, a quien hacían aparecer en el montaje sentada en un sillón que entraba rodando y con los diálogos grabados, tuvo una complicación de salud que la hizo decir incoherencias y estar a punto de perder la conciencia en público. Un ejército de buitres, armados con cámaras, la captaron siendo llevada en vilo hasta una camioneta para huir del teatro donde estaba “trabajando”.
7.- El grotesco abuso y la falta de respeto a los que fue sometida una personalidad de la categoría de Silvia Pinal es indignante. Una de sus hijas se defendió como gato boca arriba: “¡¿Qué quieren, que la dejemos morir sentada viendo la televisión?!” No señora, nadie quiere que la Pinal muera. Lo que no es negociable es proteger a los ancianos y rodearlos de atenciones y cariño. Suponiendo que la diva se hubiera “encaprichado” en salir en el teatro, la respuesta es: “No puedes trabajar, madre. Pero te vamos a hacer un homenaje monumental para agradecer tu trayectoria y que te sientas amada.”
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