¿Quién hizo esta canción?
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Los dueños de la casa son también dueños de la música. Ella canta con una voz muy dulce que puede volverse de repente voz bravía
Estoy con amigos en una casa de Xalapa. La noche es veracruzana. Quiero decir que es cálida y húmeda. “...Noche tibia y callada de Veracruz...”. Así cantó san Agustín Lara, que no era veracruzano, pero siempre quiso serlo.
Hemos cenado ya, muy bien, y hemos bebido aún mejor. A la mesa llegan los recuerdos y nos inspiran una conversación nostálgica. Alguien dice unos versos. Esperen un momento. Quiero preguntarle quién es al sentimiento que en ese instante me posee y que durará un instante... Ya se identificó: se llama la felicidad.
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Ahora vamos a cantar. Los dueños de la casa son también dueños de la música. Ella canta con una voz muy dulce que puede volverse de repente voz bravía. Es fina y delicada esta preciosa dama, y es muy rubia. Se llama Sandra Lohr. Él toca la guitarra con maestría: es un virtuoso de ese instrumento que tiene la forma de las mujeres y que es tan complicado como ellas. Se llama Enrique Velasco. Por todo el mundo ha ido tocando la guitarra en nombre de México.
Escuchemos esta canción que Sandra va a cantar. La ha anunciado Enrique:
-“Las Estrellas”. Canción mexicana de principios del siglo pasado, de autor desconocido... para nosotros.
La letra de esa canción es un pequeño poema al mismo tiempo travieso y amoroso:
*
A cantar a una niña
yo le enseñaba,
y un beso en cada nota
ella me daba.
Aprendió tanto,
aprendió tanto,
que de todo sabía,
menos de canto.
*
El nombre de las estrellas
saber quería,
y un beso en cada nombre
yo le pedía.
¡Qué noche aquélla,
qué noche aquélla,
en que inventé mil nombres
a cada estrella!
*
Y luego se fue la noche;
llegó la aurora;
se fueron las estrellas;
quedó ella sola.
Y me decía,
y me decía:
¡Qué pena que no haya estrellas
también de día!
*
Pasaron después los años,
pasó la vida;
se fueron las estrellas
se fue la niña.
Pero en mi senda,
pero en mi senda,
brilla siempre el recuerdo
de aquella estrella...