Realismo mágico
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Hace aproximadamente 22 años viví una gran experiencia: fui admitido para cursar el Taller de Nuevo Periodismo que impartió a 13 jóvenes periodistas latinoamericanos Gabriel García Márquez, mi escritor predilecto. A la primera sesión celebrada en una sala de juntas del museo Marco, en Monterrey, faltaron dos compañeros guatemaltecos debido a que había entrado en actividad un volcán y que, por las cenizas del mismo, era imposible que despegara el avión en el que viajarían. Al saber el motivo de la ausencia de Carlos y Esperanza, Gabo exclamó: ¡y luego dicen que yo inventé el realismo mágico!
Estamos rodeados de historias que bien pueden ser consideradas como un relato de realismo mágico. Thomas Alva Edison, prolífico inventor estadounidense, padecía sordera desde temprana edad y enseñó el código Morse a su futura esposa mientras estaba cortejándola. Edison conocía a la perfección la clave Morse pues a los 15 años trabajó en una oficina de telégrafos. Cuando su novia pudo enviar y recibir mensajes, Edison le propuso matrimonio dando el mensaje mediante golpes en su mano. Ella respondió de la misma forma. Una vez que se convirtieron en marido y mujer, frecuentemente se “hablaban” en clave Morse. Cuando asistían a una obra de teatro, la señora Edison mantenía su mano sobre la rodilla de su esposo y le telegrafiaba las palabras de los actores para que pudiera disfrutar la puesta en escena.
Sin duda puede ser parte de una mágica realidad que haya sido sordo el inventor del fonógrafo, primer dispositivo capaz de reproducir sonidos. La primera canción que reprodujo este revolucionario aparato fue “Mary had a little lamb” (Maria tenía un corderito), el 1 de noviembre de 1877.
Otro ejemplo de realismo mágico registrado en la historia reciente de Estados Unidos lo podemos encontrar en la biografía de Douglas MacArthur, comandante supremo aliado en el Frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y militar más condecorado de la historia en el vecino país. Resulta que su madre, tratando de reemplazar a una hija que había muerto antes de que naciera Douglas, vestía al futuro comandante con faldas y ropa de niña hasta que tuvo 8 años. Para resarcirlo, por estos años de feminización, su padre lo inscribió en una academia militar a la tierna edad de 11 años. MacArthur permaneció siendo dependiente de su madre... y de sus faldas, por gran parte de su vida.
Lo sucedido últimamente en México parece ser parte de un libro de realismo mágico. En primer lugar tenemos a un Presidente que niega las escandalosas cifras de inseguridad de su propio gobierno eludiendo los cuestionamientos de periodistas de la talla del mexicoamericano Jorge Ramos con su ya conocida salida de emergencia: “Yo tengo otros datos”. Ramos dijo: “Lo que usted presenta como un logro no lo es, no hay cambio, si esto sigue así va a haber más muertos en su sexenio que con Peña Nieto y Felipe Calderón”. A lo que AMLO contestó: “Sí hay cambio, yo te voy a dar otro dato porque no coincidimos. Ahora ya no hay masacres”. Ramos interrumpió con otra pregunta retadora: “¿Y lo de Zacatecas, lo de Aguililla?”. “Esos son enfrentamientos entre bandas, pero no es el Estado, que antes era el principal violador de los derechos humanos. Claro que hay un cambio. Yo creo que te dieron mal las cifras, yo tengo otros datos”, contestó el Presidente mientras dejaba escapar una sonrisa llena de ironía.
Puede ser parte también de un relato de realismo mágico la consulta ciudadana que se realizó para juzgar o no a los expresidentes Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Esta consulta por anticonstitucional es un insulto grave para la Suprema Corte de Justicia, tan pisoteada ya por López Obrador. Si hay delito que perseguir, que se aplique la ley y se haga justicia sin necesidad de una consulta popular que costará una millonada.
“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”, con esta sencilla pregunta el INE realizó la consulta el 1 de agosto.
Otra cuestión que seguramente podría ser material de realismo mágico es el hecho de que el presidente de un país, quien por obligación debe perseguir el bienestar de los mexicanos, deje morir a los niños que padecen cáncer por no ofrecerles medicamentos o tratamientos. Es de locos también cancelar un proyecto aeroportuario que pondría a México a la altura de países del primer mundo y que en su lugar se haya construido un aeropuerto inaccesible y en el que ni el mismo Presidente quiere volar.
Cosas que antes creíamos imposibles, ahora son cosa de todos los días. Por ejemplo una secretaria de Educación que no conoce el programa de matemáticas de segundo de primaria, o que en el Ejército ahora sean constructores, autoridades aduaneras, repartidores de gas y administradores de aeropuertos. Vamos de mal en peor. Y lo que por desgracia es muy real es que tenemos al peor Presidente de la historia moderna de México.
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