Rezago educativo, ¿Cómo se va a afrontar?
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Los meses más severos de la pandemia, en donde todos nos vimos obligados al confinamiento, suspendiendo incluso aquellas actividades primordiales, han dejado afectaciones de las cuales tardaremos años en recuperarnos.
Uno de estos efectos se está viviendo en el sector educativo.
El diagnóstico presentado por autoridades e instancias de la sociedad, como es el caso de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), es sumamente preocupante.
En esta edición damos cuenta de la situación que priva en las escuelas de educación básica. En el nivel primaria, 6 de cada 10 alumnos tienen graves problemas de comprensión lectora.
El 95 por ciento de los estudiantes de quinto y sexto grado de primaria carecen de los más elementales conocimientos para resolver operaciones matemáticas con decimales. Otra parte considerable tiene dificultades serias para comprender lo que lee.
Esta situación se ve reflejada en la salud mental de los estudiantes, ya que cerca del 80 por ciento –de acuerdo con Luis Arturo Bravo, presidente de la UNPF– sufren de niveles “exacerbantes” de estrés y ansiedad.
Este diagnóstico coincide con el anuncio de autoridades educativas sobre que a partir de este ciclo escolar se reactivará la posibilidad de reprobar a un alumno que no cumpla con los mínimos conocimientos requeridos.
Ante una situación extrema como es la pandemia, se requerirá también de soluciones extraordinarias.
Reprobar por reprobar no es la mejor de las salidas. Se necesita de un esfuerzo de autoridades, maestros y padres de familia para impulsar un mecanismo que ayude a reducir la brecha educativa que se generó con los meses de pandemia en los que no se acudió a clases presenciales.
No podemos dar por perdida esta generación de estudiantes. Sobra decir que la educación es un tema clave en cualquier sociedad, por lo que encontrar la ruta para vencer el rezago educativo presente en las aulas debe ser un tópico urgente para todos, para lo cual se requiere que las mentes más brillantes de la sociedad coadyuven en encontrar una solución.
Los niños no tienen la culpa de ser víctimas de los efectos de la pandemia. Ellos esperan que se encuentre una solución.