¿RIP para los Pueblos Mágicos?

Opinión
/ 2 febrero 2025

Me parece que el programa Pueblos Mágicos implica una marca que puede aún mejorarse, no eliminarse

Un programa iniciado por la Sectur federal en 2001, aparentemente inspirado y que, en este momento, aún representa una marca que está presente dentro y fuera de México, es el de Pueblos Mágicos.

En sus inicios, la secretaría de origen tuvo mucho cuidado en el otorgamiento del distintivo, sólo se declararon tres pueblos mágicos en 2001, pero luego las autoridades federales en turno fueron distinguiendo a localidades a granel, considerando incluso hasta a ciudades. En 2023, en tiempos de la fallida gestión del entonces titular de la Sectur, de apellido Torruco, se declararon 45 pueblos mágicos. Hoy existen 177 Pueblos Mágicos en 178 municipios, lo que representa el 7.2 por ciento del total de municipios en México.

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Abrevando de la historia, hasta el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador, hubo un recurso destinado al desarrollo de la infraestructura de los Pueblos Mágicos y a la construcción de capacidades para oferentes de bienes y servicios turísticos locales. Algunos de estos destinos realmente experimentaron un cambio integral positivo. Es un hecho que se mejoró la vida y el valor catastral de las poblaciones de algunas localidades gracias al multicitado programa.

Aunque puedo asegurar que una parte importante de los 177 pueblos mágicos existentes no tienen el carácter de pueblos de acuerdo con el tamaño de su población, tampoco cuentan con condiciones de excepcionalidad en materia cultural o de belleza por naturaleza, ni la importancia histórica de su patrimonio edificado, ya que fueron nombrados desde el sillón del poder público partidista, donde estuvieron sentados presidentes de la República en turno, sin embargo, el programa representa una aspiración para municipios mexicanos con atractivos turísticos.

Pero dejó de haber congruencia en el programa. No se me olvida la molestia de quien fue presidente municipal en el trienio pasado de Huasca de Ocampo, Hidalgo (el primero de los Pueblos Mágicos), quien me comentó en el Tianguis de Pueblos Mágicos realizado en Oaxaca en 2022 que no recibía apoyo ni de su gobierno estatal ni del federal. Gracias a su comentario caí en cuenta del desapego financiero de la federación. No obstante, sigue habiendo apoyo para Pueblos Mágicos de gobiernos estatales como el de Coahuila, el de Chihuahua y el de Nuevo León, teniendo las secretarías subnacionales de turismo una dependencia específica para su atención.

Un golpe moral para los Pueblos Mágicos fue la nulificación de los derechos políticos de los extintos comités ciudadanos de Pueblos Mágicos en noviembre de 2023.

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Sin embargo, lo que representó una declaración de muerte para el programa fue la presentación, el día de ayer, del Plan Nacional de Turismo por parte de Josefina Rodríguez Zamora, actual titular de la Sectur, en la asamblea general nacional de la American Society of Mexico.

De acuerdo con su intervención, me gusta mucho que ahora se vaya a potenciar a las comunidades, particularmente a los pueblos originarios que tengan atractivos turísticos, me entusiasma la creación del distintivo “Turismo Comunitario”, mismo que apoyaré. Desde 2023, junto con un representativo grupo de ciudadanos por el turismo de México, se está construyendo una red de pueblos extraordinarios en los que sea posible practicar el turismo comunitario de naturaleza porque poseen una lengua madre, tradiciones ancestrales y ecosistemas naturales conservados. Sin embargo, me parece que el programa Pueblos Mágicos implica una marca que puede aún mejorarse, no eliminarse. Quizá sea necesario depurar el listado de 177 pueblos mágicos, eliminar a los líderes ciudadanos que están enquistados en comités apócrifos y asociaciones de amigos, pero no desaparecer por completo el programa.

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