Saltillo: Confianza en los gobiernos, un elemento fundamental

Una de las principales aspiraciones que debe tener un gobierno democrático −sea de la orientación política que sea− es que la ciudadanía le tenga confianza. Y esto es así porque la confianza ciudadana representa uno de los intangibles más valiosos de cualquier sociedad, porque sólo a partir de ella es posible emprender grandes proyectos o tomar decisiones audaces.

Por otra parte, las estrategias para el combate a fenómenos que causan particular daño al tejido social, tales como la delincuencia, la corrupción o la impunidad, difícilmente pueden desplegarse con éxito en un entorno de desconfianza entre el gobierno y la ciudadanía.

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Constituye por ello una buena noticia el que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la zona metropolitana de Saltillo sea la demarcación política en la cual los gobiernos de los tres órdenes encuentran mayor confianza en la población.

Resulta aún más interesante que dicho fenómeno ocurra con gobiernos que tienen distintos orígenes políticos, como es el caso del Gobierno de la República y los del Estado y el Municipio. Y es que en principio se antojaría que la confianza/desconfianza estuviera vinculada con el origen partidista de los gobiernos y no que sean variables independientes de ella.

Quienes ocupan la titularidad de los tres órdenes de gobierno pueden sentirse satisfechos del nivel de aprobación otorgado por los habitantes de la zona metropolitana de Saltillo. Lo mismo puede decirse, en general, de la calificación en todo el territorio estatal.

Sin embargo, es indispensable que quienes tienen a su cargo las tareas de gobierno asuman que la confianza no es un cheque en blanco, ni un podio que se conquista de una vez y para siempre. Lejos de esta posibilidad, se trata de un elemento volátil cuya conquista demanda mucho esfuerzo, pero que puede perderse de manera instantánea.

Así pues, además de celebrar el que la ciudadanía del sureste coahuilense les tenga en el apartado de las instituciones confiables, los gobiernos municipal, estatal y federal deben asumir el compromiso que lleva implícita dicha realidad: el de seguir siendo merecedores de confianza.

Conviene, sobre todo en los casos del Ayuntamiento y el Gobierno del Estado, tener claros los datos desagregados de la encuesta, es decir, cuáles son las razones que les vuelven confiables a los ojos de la ciudadanía. Esto con el propósito de perseverar en aquello que las personas consideran valioso.

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Al mismo tiempo, resulta deseable que se identifiquen las áreas de oportunidad, es decir, aquellos aspectos del trabajo público que en la región fueron peor evaluados, a fin de corregir errores, enderezar procesos y eliminar las fuentes de desconfianza.

El propósito tendría que ser el de construir una relación cada vez más sólida entre gobiernos y ciudadanos, pues sólo de esta forma es posible generar las sinergias requeridas para avanzar en el combate a los rezagos colectivos.