Se nubla el panorama para el 2025 y con altas posibilidades de adentrar en una recesión

Opinión
/ 24 febrero 2025

Con la publicación del dato revisado del PIB correspondiente al cuarto trimestre del año pasado por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), así como con las diferentes proyecciones de organismos financieros y economistas del sector privado, cada vez queda más claro que estamos en período de desaceleración, con altas posibilidades de adentrarnos en una recesión.

El viernes pasado se confirmó la caída trimestral de 0.6% en el último cuarto del año pasado. Tomando la tasa anual, resulta que el PIB se expandió apenas un 0.5% en el último trimestre, por lo que durante todo el 2024 la economía creció apenas un 1.2% respecto al 2023.

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¿Cuáles son las estimaciones para este año? En su última actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial publicadas el pasado mes de enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un crecimiento para nuestro país del 1.3%. Prácticamente el mismo ritmo de velocidad que registramos en el 2024.

No obstante, otro de las referencias mas influyentes, la Encuesta sobre las Expectativas de los Economistas del Sector Privado, que levanta mes tras mes el Banco de México entre 40 grupos de análisis y consultoría económica, señalan una media de un 1.07% de crecimiento del PIB y una mediana de 1% para este 2025. Una visión claramente menos optimista respecto al FMI.

Pero si a niveles de optimismo desmedido nos vamos, basta recordar que la Secretaría de Hacienda, estimó en los Criterios Generales de Política Económica, dentro del Paquete Económico, un rango de crecimiento de 2% al 3%, o lo que es los mismo, una estimación puntual del 2.5%. Una proyección que pone al presupuesto en entredicho.

¿Qué viene hacia adelante ante este panorama? Primero habría que ver que tan fuerte será la perdida de dinamismo, ya sea que se traduzca en una mera desaceleración o sea un impacto mas fuerte en forma de recesión.

Independientemente del tamaño del shock, observaremos como los frágiles cimientos sobre los cuales se construyó el Paquete Económico, empezarán a hacer agua en el presupuesto. Una fiscalización mas dura y agresiva por parte del SAT, para compensar la caída en los ingresos propios de una economía mas débil, será un primer reflejo de las autoridades económicas.

La intromisión abierta del gobierno en el Banco de México, y con ello la pérdida de facto de su autonomía, continuará como lo hemos estado observando recientemente. Así como se atestiguó en su última decisión de política monetaria a inicios de mes, en la que la Junta de Gobierno sorprendió al decidir por mayoría una reducción de 50 puntos base en la tasa de interés de referencia.

Queda claro que la Junta de Gobierno de Banco de México, está mas preocupada por generar condiciones de crecimiento económico para responder a los intereses gubernamentales, que en velar por su mandato constitucional del combate a la inflación.

Aun no nos queda claro ni cuando ni como será el desenlace de la novela “Trump y los aranceles”. La posibilidad de que llegará a intensificarse y con ello arreciar el nerviosismo en los mercados financieros, nos dejaría en una posición vulnerable en caso de tener que realizar un viraje violento en la conducción de la política monetaria.

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