Sección 38, crónica de una conjura
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Para dar parte de esta cruel conjura, elucubrada desde la cumbre del poder en el Coahuila de los hermanitos muerte y terror, tendría que dividir las etapas que llevaron al saqueo del patrimonio moral y económico del sindicato de maestros de la Sección 38 del SNTE.
Primera etapa: “La jugada”. Corría el año de 2007, Carlos Moreira terminaba su mandato como secretario general de la Sección 5. Desde Palacio, la sugerencia del hermano mayor fue que se apropiara de la 38, al fin que el salto era ligero y apuntalaba un proyecto personal del diputado de mentiritas. Fue así como resultó ungido el hoy llamado líder moral de los mentores coahuilenses. Recordemos que
Carlos desde la Sección 5 había organizado las redes magisteriales que en telaraña apuntalaron la precampaña de Beto y eran los tiempos en que la pregunta del día era: ¿Ya lo viste con Rubén?
Sobornando delegados con horas-clase completas, a otros con amedrentamientos y a los más habladores con carteras de menor importancia se formó el cuadro que se posicionó en el sindicato hasta el final de los tiempos.
Segunda etapa: “El saqueo”. Pronto se dio cuenta el mentor que la principal fuente de recursos no eran las cuotas jugosas que recibía de los mentores y del gobierno estatal, sino el fondo de pensiones del magisterio; y alegando que las anteriores administraciones lo habían dejado insostenible, recibió un préstamo jugoso de su hermano gobernador, registrado en el hielo y así apuntaló el mayor saqueo del que se tenga memoria en la historia de Coahuila.
Por una parte, en 2010, último año de su encargo, el desvío de recursos de un fondo grupal a uno personal era del 66 por ciento del patrimonio, lo que comprometía el pago de pensiones a partir del siguiente año.
Una vez ungido el otro hermano al gobierno y percatándose del exceso del saqueo, se ordenó al gobernador Torres impulsar una nueva ley de pensiones a fin de recuperar fondos de inmediato, pero al enterarse la base magisterial se amenazó al candidato de retirarle el apoyo y se dio marcha atrás a la ley a través de su abrogación.
Venía el tiempo de la sucesión en la Sección y Carlitos tuvo que decidirse entre quien le cargaba el maletín, su chofer o el que le organizaba las carnes asadas.
Terminó designando a su chofer, quien continuó el saqueo y a su vez el impulso a la reforma a la ley de pensiones, misma que fue decretada finalmente por Riquelme después del desaguisado que tuvo lugar con el movimiento de dignificación magisterial −que se le plantó a inicios del sexenio del citado administrador de negocios− y, por otro lado, las presiones del hermano mayor desde el exilio.
Hay una liga entre el hoy llamado líder moral de la Sección 38 y los sucesores, ya que desde 1985, año en que fueron expulsados de la BENC por conducta inapropiada, Carlitos y Xicoténcatl lucharon por ingresar a la normal de Parras sin éxito, para después encontrar arropo como profes de grupo en la Sección 5. Quién imaginaría que tiempo después se convertirían en amos y señores de una sección magisterial amodorrada y amedrentada que los ha hecho millonarios por generaciones.
Tercera etapa. “La impostura”. Convertido ya en líder moral y ante las reformas laborales que señalan las bases de la democracia sindical en toda elección seccional e inclusive en la revisión de contratos colectivos, debido a que estas prácticas causan terror en Carlitos y su séquito, este grupo de rufianes refirió que no se ha convocado a elecciones para el nuevo comité debido a que no había condiciones de salud, argumento que no existe en los estatutos sindicales como causa de demora democrática.
Los mentores de la Sección, aun cuando un grupo de ellos pertenece al movimiento de dignificación, no han leído la letra chiquita de los estatutos o se están haciendo patos o gansos.
Refiere el mencionado estatuto que una vez transcurrido el tiempo de renovación y este no se haya efectuado, con la simple solicitud de un miembro a la máxima autoridad sindical (Ponchito Cepeda) se deberá convocar a elecciones, y de no ser así se puede recurrir a las autoridades federales a fin de que sea ordenada la convocatoria y se cite a elecciones bajo la vigilancia de las autoridades del Trabajo. (Eso le da seguidillo al tal Carlitos que, al ser cuestionado por un reportero en Torreón acerca del tiempo electoral, refirió que “de aquí a diciembre, sólo que no puedo decir de qué año”). Bueno profes, ¡ustedes qué están esperando, carajo!